Antes de que el próximo 19 de junio celebremos en Andalucía la fiesta de la democracia
tendremos que celebrar una gran fiesta de disfraces, aunque hay quienes llevan con el
disfraz puesto ya un tiempo. Es el caso del presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien
durante los últimos meses ha ido disfrazado de hábil jugador del despiste hasta que llegó
este martes para anunciar que al fin tendríamos elecciones.
Moreno Bonilla explicó esta semana en un monólogo en San Telmo y sin periodistas que
“nuestra economía crece más que la media de España, que batimos récord de
exportaciones en todos los ámbitos y que, incluso, Andalucía habla de tú a tú a Cataluña y
Madrid”. Pero pese a irnos tan tan bien, Bonilla convoca elecciones anticipadas porque es
mejor para el interés, para su interés. El martes se endosó el disfraz de político
preocupado en su propio interés.
Juan Espadas intentará ponerse cualquiera disfraz para devolver al PSOE su feudo. No
será una campaña sencilla para él porque casi la mitad de los andaluces no saben quién
es. Deberá disfrazarse de peregrino para recorrer especialmente Andalucía oriental. Sin
embargo, no habrá ningún disfraz que le salve de los 40 años de socialismo que han
arrastrado a Andalucía al vagón de cola.
Pero seguramente el disfraz más complicado sea para Juan Marín. El candidato de
Ciudadanos tendrá que vestirse de superviviente. Lo deberá hacer pese haber sido el
vicepresidente y su partido controlar consejerías destacadas como Educación, Economía
o Turismo. Tendrá la difícil tarea de hacer ver a los ciudadanos que han sido útiles y
decisivos para llevar el cambio a Andalucía.
“Le veo cara de presidenta”, dijo ayer Santiago Abascal sobre Macarena Olona. En Vox da
igual de qué tengan cara, da igual de qué se disfracen, porque en Castilla y León quedó
comprobado que a sus votantes les importa entre poco y nada quién les represente.
Podrían tener como candidato un fantasma que también les serviría. Ante todo y frente
todo, Vox. Aunque visto lo de Castilla y León, qué más dará el candidato si se convertirá
en un vicepresidente sin funciones. No importa el qué ni el quién ni el cómo. Eso sí, todo
apunta a que Olona se disfrazará para pasearse y mucho por la Feria de Abril.
Y las izquierdas a la izquierda del PSOE se endosarán el disfraz de la unidad, aunque a
estas alturas esto no se lo cree nadie. A diferencia de lo que ocurrió en Madrid, esta vez
Unidas Podemos y Más País conformarán un matrimonio, eso sí, de conveniencia.
Mientras tanto Teresa Rodríguez seguirá con su disfraz de anticapitalista que no está
dispuesta a pasar por el aro de Unidas Podemos ni del PSOE.
Habrá que prepararse para ver muchos disfraces pese a la poca tela que hay para cortar.