Mediodía en la provincia de Jaén

Rosa Valiente

La Cueva de Clarillo, unas manos únicas

La opinión de Rosa Valiente


Esta cueva o abrigo prehistórico se encuentra en el Cerro Vítar en las inmediaciones de Quesada, en ella aparece un conjunto de manos, únicas en España y Europa, al ser manos estampadas en positivo, que no dibujadas, son de color rojo oscuro. Están acompañadas de dos dibujos de zoomorfos pectiniformes, además de barras, grabados, un punto, digitaciones y figuras ramiformes que forman un panel en la estructura rocosa del abrigo. Enmarcadas dentro del arte levantino y esquemático se sitúan en el Postpaleolítico, es la cueva más importante de pinturas rupestres en el marco geográfico de Quesada.

Esta cueva la descubrió el quesadeño Claro Jódar en septiembre de 1991. Movido por su entusiasmo a la naturaleza y en busca de vestigios históricos. Dada la orografía de Quesada, es fácil prever que podría y puede haber hallazgos arqueológicos y prehistóricos, como así ha sido y será desde entonces. En esa emoción de escalar soltando adrenalina y de hallar algo, que intuía, con un impulso desconocido, subió una pared vertical y rocosa llena de abrigos y oquedades. Así lo narra en el libro La Cueva de Clarillo, El enigma de unas manos impresas en la Prehistoria. Quesada (Jaén). Patrimonio de la Humanidad, de los arqueólogos Manuel Gabriel López Payer y Miguel Soria Lerma donde ambos, además de realizar un estudio en profundidad de la cueva y sus pinturas, le homenajean por su descubrimiento publicando la descripción de su hazaña y bautizando la cueva con su propio nombre, Clarillo como le conocen en su pueblo.



Junto a ella y en una zona más ascendente se encuentra la Cueva de la Troje, también descubierta por Claro. Le llamó él mismo así porque parece como un granero o troje, donde también hay pinturas rupestres esquematizadas que representan una figura humana con un trazo vertical más grueso y dos horizontales.

Este yacimiento, tan sumamente importante para Quesada, es también exclusivo en toda Europa.

Su localización no deja de ser peligrosa en su ascenso, aspecto ventajoso para su buena conservación. Yo misma doy fe del peligro y de cómo subió en escalada libre, porque subí allá por el año 95 o 96 junto a él y Juan Porcel, otro amante de la naturaleza, ayudados solo de una cuerda, ya supuso un riesgo altísimo para los tres y más para él, que iba abriendo paso. Imagino cómo debió sentirse al descubrirlas, pura emoción sin duda. Actualmente se accede con equipos de escalada y con equipos de investigación.

Existen otras dos cuevas que representan un conjunto de manos en España, una está en la Sierra de Momia, en Cádiz, la conocida Cueva de Pretina I o Cueva de los Ladrones y la otra está en Cáceres, en Berzocana, denominado El Panel del Risquillo, en ambas cuevas son manos dibujadas a diferencia de la Cueva de Clarillo que están impresas por un niño de 8 a 10 años.

En 1998 la UNESCO declara Patrimonio de la Humanidad al Arco Mediterráneo de Arte Rupestre Español, donde 42 yacimientos de la provincia de Jaén formaban parte de ese nombramiento y ocho de ellos en Quesada. Según los arqueólogos López Payer y Soria Lerma, las manos “…no solo por su exclusividad, sino por su técnica y cronología, le confieren un rango de especial valor y de interés mundial”.

Por todo ello reivindico la difusión de la Cueva de Clarillo como uno de nuestros iconos del pueblo de Quesada.

Esta tierra mágica sigue y seguirá aportando nuevos descubrimientos que ayuden a entender mejor la historia de la humanidad.