El problema de la educación en las Escuelas e Institutos de nuestros pueblos tiene un análisis complejo y su solución no pasa solo por una bajada de ratios que atienda individualmente. Tampoco se solventa con un aumento de medios, infraestructuras , material o personal que aporte lo mejor que tenga al Servicio de la Enseñanza Pública. Ni siquiera se logra mitigar con las nuevas técnicas educativas que quieren obligar a implementar pedagogos que nunca han dado una clase.
La educación española en general y la andaluza en particular tiene que hacer frente a una problemática creciente que no tiene que conllevar una bajada del nivel de exigencia de contenidos con el fin de evitar un fracaso escolar creciente, un abandono que, todos coincidimos, viene por una desmotivación provocada, entre otras causas, por faltas emocionales, familiares, psicológicas o personales- de muy diversa índole.
Y es que vivimos en una sociedad dinámica, pero profundamente incongruente, que defiende unos valores en su Constitución y Centros educativos mientras que en los medios de consumo masivo por nuestros jóvenes, como es Internet, se favorec los contravalores de una vida fácil mediante la seudocultura del éxito sin ningún tipo de esfuerzo.
Contra todo esto hay que luchar en las familias y los entornos educativos. El desarrollo económico ha traído una pérdida de valores, costumbres y formas de ser que en muchos casos ha pasado a ser preocupante.
Creo necesario que nos sentemos a hablar, que sentemos unas bases entre los Docentes que tengan como objetivo principal mejorar el nivel de conocimientos y la forma de ser de nuestros adolescentes que, no lo olvidemos, son los que nos van a sostener en un futuro no muy lejano.