No. No estamos en una crisis, estamos en LA CRISIS. Desde hace 14 años se nos está diciendo que hemos tenido una crisis financiera, provocada por el colapso de la burbuja inmobiliaria de los EEUU. Después nos dijeron que estábamos en una crisis provocada por el parón económico que supuso la pandemia. Luego se habló de la crisis provocada por la falta de procesadores y del colapso de los medios de transporte entre Asia y Europa. Y finalmente nos llegó la crisis de la guerra de Ucrania. Después nos hablarán de la nueva crisis del petróleo y el gas, y acabarán contándonos que es el cambio climático el que no nos permite crecer.
Nada de esto es cierto. Tenemos y lo sabríamos si escucháramos a los expertos, la gran crisis del colapso del sistema. Y todas las demás son su consecuencia. La crisis es un sistema que se basa en crecer más y más, hasta el infinito, en un mundo finito incapaz de producir lo que este sistema capitalista hiperconsumista precisa.
Desde hace ya muchos años sabemos que quedan reservas de crudo para apenas 15 años. Sabemos desde hace ya muchos años que quedan reservas de gas para apenas 30 años. Sabemos desde hace años que no tenemos suficientes minerales de los necesarios para producir las baterías que necesitamos para cambiar las energías no renovables por renovables. Sabemos ya desde hace años que el clima anda desorientado por un cambio climático que hemos provocado con nuestro afán consumista. Sabemos que año tras año nuestro clima se convierte en un clima más extremo con olas de calor insoportable, que siguen a olas de frío, sin un solo día de templanza entre medias. Y las consecuencias las vemos en cosechas mermadas como la de la aceituna de este año, y en un desierto que crece y en el que pronto estará Jaén.
Lo sabíamos y hemos llegado ya tarde. Y a pesar de la tardanza, todavía hay quien lo niega, partidos políticos que lo niegan, partidos políticos que hablan de lucha contra el cambio climático y actúan favoreciéndolo, gobernantes obsesionados con el crecimiento en un mundo que ya no puede soportar más que el decrecimiento.
O empezamos a vivir como nuestros abuelos o nuestros nietos no llegarán a ser abuelos. No hay otra solución, nos va la vida en ello.
