Hace unos días la el Departamento de Población y Asuntos Económicos de la Organización Nacional de las Naciones Unidas puso de manifiesto que ya somos 8 mil millones de personas en el planeta, cuando en 1950 tan solo éramos dos mil quinientos millones. Y lo más desafiante, es que para 2050 podríamos ser hasta 10 mil millones de humanos, con recursos cada vez más limitados (agua, tierra, insumos, etc.).
Se ha de alimentar a una población que en cien años se va a multiplicar por 4, ya lo ha hecho por casi 3 en algo más de 70 años, con el matiz de que, para la consecución de dicho objetivo, cada vez se cuenta con un menor número de implicados situándonos, en la actualidad, en un una simbiosis que resulta quedar a medio camino entre la agricultura interconectada, y la agricultura ciberbiónica,
Todo esto, que podría parecer que estuviese descrito por el mismísimo y brillante Julio Verne, es una realidad que no deja de evolucionar, y que conjuntamente con la posibilidad de poder obtener productos agrícolas mediante cultivo en estaciones espaciales, constituyen, ante la actual escasez de tierras de cultivo y agua, la solución natural a este crecimiento de demanda de alimentos, en un entorno de falta de recursos, por lo tanto, esta denominada agricultura ciberbiónica es considerada como una actividad estratégica de vital necesidad e importancia.