Los últimos datos publicados sobre población arrojan una radiografía preocupante para nuestra provincia. Jaén, continua con su paulatina pérdida de población, así en los últimos diez años descendemos en 40.000 habitantes, un ritmo superior al menos 0,5 anual. Es una provincia que se va despoblando poco a poco, siendo particularmente negativo por que se da en un contexto de crecimiento de la población en España, que alcanza la cifra récord de 49,4 millones de personas, de los que 7,1 millón es de origen extranjero, un 14,37%.
De hecho es este crecimiento de población y por ende, de empleo, el que explica la mayor parte de nuestro buen ritmo económico. Es cierto que Jaén también participa de la bonanza general en empleo y en descenso del paro -sobre todo en los últimos tres años-, pero la pérdida continuada de población, refleja un declive relativo, que necesita muchos esfuerzos conjuntos y sostenidos en el tiempo para impedir que esta decadencia sea inexorable. Es muy difícil revertir este tipo de situaciones que conforman un déficit estructural.
Pero hay otras situaciones que sí podemos cambiar: Nuestra sanidad pública, esa que tanto nos enorgullecía hace poco tiempo, ¡la mejor sanidad del mundo! decíamos, está siendo objeto de un deliberado y consciente proceso de privatización, con desvía masivo de recursos públicos a la sanidad privada, al mismo tiempo que se incrementan las listas de espera en todos los niveles, de tal forma que miles de ciudadanos recurren a los seguros privados, que a su vez se benefician de los conciertos con el SAS. La negligente y grave actuación de éste organismo en los cribados del cáncer de mama, ha levantado la indidgnación y la protesta en toda Andalucía. Y ésto es solo la punta del iceberg de este desmantelamiento del servicio público fundamental de nuestro Estado del Bienestar.
Esta situación sí se puede revertir, hemos de procurar que sea solo una coyuntura a olvidar lo antes posible. La Sanidad Pública y Universal es instranferible y hay que seguir fortaleciéndola.