A esta hora del día seguro que muchos de los oyentes terminan, o quizá los rezagados comienzan, sus maletas antes de marcharse mañana de vacaciones a algún destino que han elegido concienzudamente. ¿Un destino de playa o de montaña? ¿España o el extranjero? ¿Hotel o apartamento ? Muchas preguntas para perfilar un descanso tan necesario como merecido en muchos casos.
Quienes seguro que también se han planteado o, incluso, siguen planteándose una retahíla de preguntas son esos miles de estudiantes que acaban de recibir sus notas de Selectividad. Ahora les toca tomar la primera de muchas decisiones como adultos. Muchos elegirán algunas de las más de 50 ingenierías que ofrece el sistema universitario. También habrá muchos otros que estudiarán ADE, Derecho, Medicina o Magisterio. Y seguro que aún quedan valientes que querrán cumplir sus sueños de estudiar Periodismo, Historia del Arte o Filología.
Estos chavales comienzan desde este momento a dibujar su futuro que en España hay motivos más que suficientes para afirmar que es incierto. Nos colgamos la medalla de bronce como el país con más universitarios sobrecualificados de la Unión Europea. Son casi el 40%, según Eurostat. Esta situación obliga cada vez a más jóvenes a marcharse de nuestro país. España dedica recursos a la formación de sus jóvenes quienes, sin embargo, no pueden devolver a su país todo lo que les ha dado porque se ven abocados a marcharse fuera.
Esto es, sin duda, todo un chollo para aquellos estados que no han pagado ni un céntimo, pero que sí han apostado por la
educación española. Formar a personas sin poder asegurarles la entrada en el mundo laboral o una entrada en un mundo laboral con condiciones decentes representa el que seguramente sea uno de nuestros mayores fracasaos como país fruto de políticas erráticas durante los últimos 25 años.
Sobre lo de exportar jóvenes y, principalmente, jóvenes con talento en la provincia de Jaén sabemos bastante.
