Se hace necesario señalar el valor estratégico de las Humanidades, el compendio de saberes derivados de la filosofía, la literatura, la historia, el arte, la geografía, la antropología, los relacionados en fin con la cultura humana, conocidos comúnmente como las Letras y que paulatinamente han ido perdiendo peso específico en cada reforma educativa de la Enseñanza Secundaria.
La educación no es sólo un procedimiento administrativo del Estado sino un logro evolutivo alcanzado por nuestra especie que permite el desarrollado por nuestras capacidades como seres humanos, adquiridas también como logros evolutivos.
Por tanto, el ámbito de la educación sobrepasa la necesaria formación para el futuro desempeño de una profesión y abarca el desarrollo completo del individuo como tal. La imaginación, la intuición, la sensibilidad ante la belleza, la capacidad de comunicación, la elaboración de pensamientos y de juicios, la ineludible implicación en la sociedad, el uso del lenguaje, la posibilidad de comprender la realidad histórica, de encontrar sentido a la vida y a las cosas, de reconocer lo que es ético, de valorar la libertad y la justicia, todas estas capacidades son tan importantes para el ser humano como el razonamiento lógico o las habilidades tecnológicas, privilegiadas por el modelo educativo, porque permiten aprovechar todas las oportunidades para vivir plenamente y conformar una sociedad robusta y humanizada.
Lo contrario, no activar adecuadamente estas capacidades, sitúa al individuo en una situación de precariedad personal por la dificultad de sacar el máximo partido a la vida. Quien no sabe reconocer la belleza, quien no emplea con soltura la imaginación, quien no experimenta la posibilidad de ayuda mutua, quien no puede comunicar lo que quiere por un uso deficitario del lenguaje, es una persona con serias limitaciones más allá de otras habilidades tecnológicas que pudiera tener.
Las denostadas Humanidades tienen un valor estratégico porque permiten desarrollar todas estas capacidades y valores además de proporcionar disfrute y solaz interior. Incluso desde la obtusa posición de querer educar sólo para formar a buenos trabajadores/as, es más eficiente un profesional que además de poseer los conocimientos tecnológicos precisos, haya activado al menos buena parte de las capacidades mencionadas, resultando una persona más capaz, más libre e independiente y menos proclive al consumismo ciego. ¿O tal vez se trata de eso?
Manuel Ruiz
Quien a buen árbol se arrimaValor estratégico de las Humanidades
Se hace necesario señalar el valor estratégico de las Humanidades, el compendio de saberes derivados de la filosofía, la literatura, la historia, el arte...