Quien a buen árbol se arrima

Manuel Ruiz

Plantar un árbol

Plantar un árbol a beneficio del futuro es una acción que recoge muy bien la idea de “hacer lo correcto” que propone Nueva Acrópolis como estrategia para desar


Plantar un árbol a beneficio del futuro es una acción que recoge muy bien la idea de “hacer lo correcto” que propone Nueva Acrópolis como estrategia para desarrollar las capacidades individuales y sociales de cada uno, la “recta de acción” de muchas tradiciones orientales, porque no se hace por el exclusivo interés personal (no veremos el bosque que plantamos) sino en interés de las generaciones venideras. Sólo por esto ya es un sólido ejercicio moral, altamente recomendable para ciudadanos de todas las edades.
Plantar un árbol es un acto de restitución a Gaia, la Naturaleza a la que todos pertenecemos, un acto de cuidado, de mimo hacia un medio natural permanentemente agredido y desposeído de la legitimidad de sus leyes naturales por las miopes leyes humanas.
Plantar un árbol, cobijar con las manos el cepellón de sus raíces en el seno de la tierra acogedora y generosa, deja una impronta muy bella en el alma de todos, niños y mayores.
Plantar un árbol no sólo contribuye a un futuro natural un poquito mejor, sino que gracias a los rasgos de recta acción que lo caracterizan, ayuda a un mejoramiento personal al dejar de lado, por unos instantes, la actitud egoísta de nuestro modo de vida consumista compulsivo.
Ahora que la primavera se ha abierto camino de manera irrevocable, bajo el poder de la apertura de las flores, la asociación de voluntariado GEA concluyó la temporada de plantaciones participativas, uno de sus ejes de acción, no sólo con su propio esfuerzo sino con el de numerosas familias a quienes dieron la oportunidad de vivir esa experiencia. Se han puesto cientos de encinas, coscojas, almendros, madroños, retamas, plantas aromáticas, procedentes del vivero artesanal que los voluntarios de GEA ponen en marcha todos los años a partir de semillas de plantas autóctonas de los campos de nuestros alrededores y que son cuidadas primorosamente en las instalaciones de FAISEM por los componentes de su Taller Ocupacional de Jardinería.
Por tanto, la actividad en torno a plantar un árbol no se reduce al momento de hacer un hoyo y poner la planta, sino que hay todo un proceso de producción de ese brinzal y posteriormente, cuando los rigores estivales de nuestro clima amenacen la supervivencia de las plantas, la gente de GEA también incrementa las probabilidades de salir adelante organizando riegos de emergencia.
La ladera norte del cerro de Santa Catalina en Jaén, el cerro Miguelico en Torredelcampo, la Peña de Martos e incluso una zona ajardinada de la capital con motivo del Día del Árbol, han sido escenario de estas plantaciones.
Plantar un árbol es una bella forma de mañana.