Frente a la posición diferenciadora del adjetivo que sucede al nombre, existe otra por la que en una posición antepuesta (epíteto), revela una intención explicativa, descriptiva, de la realidad sugerida por el sustantivo. No es Julio Millán nuevo en el ejercicio de la alcaldía, pero si novedoso, por segunda vez en la historia democrática, del gobierno del Ayuntamiento de Jaén, el acceso mediante moción de censura. Desde abril de 1.979, en que se votó a la primera corporación democrática en Jaén, hasta hoy, es decir en 45 años, el número de veces utilizada, nos muestra que la herramienta de la excepcionalidad se ha usado correctamente. Por tanto, y mucho ojo, al manoseo propio de calificarla de ilegítima al que nos tiene acostumbrado la bancada popular, en todos los ámbitos, cuando dicha herramienta conlleva el desalojo de su posición de gobierno por una mayoría de voto democrático.
El dicho popular de “Mas importante que saber llegar es saber irse”, debiera de escribirlo el Sr. González Romo mil veces en la pizarra como castigo de sus faltas de ortografía democrática. Saltó al ruedo del gobierno municipal con una minoría plebiscitaria aupado legítimamente por la suma de votos de JMM+, derrotando por el lado derecho. Sus primeras manifestaciones fueron las de un “Sánchez equidistante entre balas y nucas”, una frase que revela el encadenamiento de su subconsciente a pensamientos pretéritos, que saltaban no hace muchas fechas en la prensa. Uno, Sr. González, es siempre esclavo de sus palabras, siempre, no se le olvide, salvo que, como D. Juan Tenorio, “un punto de contrición le lleve a la salvación”. Todavía le quedan un par de semanas para salir sin dar coces verbales, admitiendo que “el plan que hasta ahora no había tenido ningún gobierno anterior” atribuido por el diario El Mundo, afín a sus siglas políticas, no existía. A la vista está que después de 18 meses de gobierno, Jaén “mejora a peor”. Sea razonable, y reconozca que fue su partido el que duplicó el personal del Ayuntamiento; el que externalizó el servicio de aguas y de limpieza, con bonificación de contratos a familiares de aquella corporación municipal. Jaén es tan chico, que en sus callejones y sus tabernas se sabe todo y se habla todo. Hágase un favor. Un amigo mío que ejerció como docente en el grupo escolar público “Almadén” me contaba que le preguntaba a un niño: “¿Qué profesión tiene tu padre”? y contestó: alcalde. La respuesta del docente fue: Ser alcalde no es un oficio, es un servicio. Y yo le añado: además temporal. De verdad le deseo, que una vez termine su servicio a la ciudadanía, pueda pasear sin que la gente vuelva la cabeza cuando se crucen con usted.
Finalmente, para usted, Sr Millán: los bienes demaniales siempre han sido propiedad de la ciudadanía. Lo de la plaza del Dean Mazas fue un remate suyo de una jugada iniciada por el Partido Popular, que acabó colándole un gol en propia meta. Si cree que los que se están beneficiando de haberse apropiado de dicha plaza para beneficio económico propio, le votan a usted y a su partido, se equivoca. Yo también he hecho política, pero le llevo treinta años de ventaja. No se lo tome Sr. Millán como una vacilada. Es un simple consejo de provecto, y no caiga en el edadismo.