Es cierto que las Residencias del Tiempo Libre fueron una creación de la época franquista cuya finalidad era facilitar a las capas sociales de economías más frágiles la posibilidad de poder tener una vacaciones a precios asequibles, Yo he sido usuario en varias ocasiones de mi vida de estas residencias, incluso fuera de Andalucía, cuando la economía familiar no me lo permitía. Por lo que respecta a la comunidad andaluza, tras las cesiones de las mismas a los órganos autonómicos, ya en periodo democrático, hubo que hacer frente al mal estado de mantenimiento en que se encontraban al final de la década de los años setenta y se remozaron casi todas, excepto la de Cádiz, a la que el gobierno socialista dejó abandonado bajo el pretexto de su ruina estructural. Un edificio en la milla de oro gaditana prometía negocio. Así el nuevo gobierno del PP en lo que ellos denominan “colaboración público-privada” la vendió por 11 millones de euros a una cadena hotelera que recibió una “paguita” de 16 millones para la construcción del hotel. Los tiburones huelen la sangre a kilómetros y en Andalucía quedaban aun sabrosas piezas a pie de playa para especular con ellas. En Huelva, en La Línea, en Marbella (la joya de la corona) y en Almería. Además de las dos de montaña: una en sierra Nevada y otra en Siles. Todas van a ser puestas a la venta de mejor postor argumentando la nula rentabilidad o la perdida que supone a las arcas de la economía andaluza. Siempre desde el concepto neoliberal de la ultraderecha económica para erradicar el gasto social que según su concepto produce déficit. ¿Cuántas veces no han oído, agudos lectores, que el transporte público de la ciudad produce pérdida? Intentan lavarnos el cerebro y convencernos que el servicio publico cuesta dinero. Pues claro, para eso pagamos nuestros impuestos, la cuestión está en como los administran en quien delegamos el gobierno de las instituciones. Quitar impuestos a las grandes fortunas, merman las arcas públicas. Es su política.
Mientras la prensa airea el aumento de turismo, parecen obviar que quienes vacacionan en nuestra región son en su mayoría extranjeros cuyos sueldos duplican el o triplican el salario medio español. Frente a esa prensa plutocrática (de ricachones), un 33,5% de la población andaluza no puede disfrutar un solo día de vacación y que adema está inserta en su mayor parte dentro de la tasa de riesgo de pobreza que en el 2023 alcanzó un 37,5% de la población regional. Según su concepción conservadora, la desigualdad tiene que existir y todo se cifra en promoverla, para que se sepa quien tiene que estar arriba, y quien abajo por los siglos de los siglos. Lo tienen muy claro ellos. No tanto quienes se prestan a seguir votándolos pese a que son conscientes de que tiran piedras a su propio tejado. Las mayorías absolutas lo demuestran.