“La creación de la Universidad de Jaén a comienzos de los años noventa del pasado siglo, constituye a mi modo de ver, el acontecimiento más importante que ha tenido como escenario esta provincia durante los últimos cincuenta años; mucho más relevante, incluso, que aquel ampuloso Plan Jaén convertido en una inmensa columna de humo mediático que apenas tardó una década en desvanecerse”. Estas eran las palabras del recordado profesor Eduardo Araque en una publicación del año 2003, que lanzaba la Diputación bajo el título “25 años de democracia en Jaén”. Desconozco cuales son los criterios por los cuales la Junta de Andalucía ha diseñado el mapa de la financiación de las Universidades, pero si hay algo que lo adjetive gramaticalmente es DESIGUALDAD. Pero además se dan otras circunstancias agravantes: la REINCIDENCIA. La UJA es el cimiento del progreso futuro y hasta ahí pretenden que llegue las desvertebración del tejido social y económico de esta provincia. Andalucía formaba parte de la España a dos velocidades y lejos de adoptar en nuestra Comunidad modelos que evitaran reproducir internamente estos desequilibrios, se mimetiza lo dañino e injusto, profundizando aun más la brecha. Jaén ha sido envuelta en la “columna de humo mediático”, que señalaba el profesor Araque, de forma permanente, como aquella niebla contaminante que antaño corroía el ambiente de la ciudad de Londres. La sociedad civil sigue narcotizada por el opio de la doctrina política, privándola de la capacidad de ver las realidades, o mejor dicho de la falta de estas. Mientras, las inversiones de futuro industrial y tecnológico van a para siempre al mismo sitio: Sevilla y Málaga. El modelo turístico con capacidad, es costero y la economía, también. Hace años, un señor bajito y con bigote, de alta importancia en la Junta, se jactaba de alcanzar los presupuestos con equilibrio cero. Es decir, gastos igual a ingresos. Y yo me desgañitaba en los foros para hacer ver que la inversión en lo público no podía regirse por esta artimaña neoliberal. Ahora quienes gobiernan Andalucía, proclamaban en las agencias de prensa a bombo y platillo que tienen un superávit de mil cuatrocientos millones. Tengo en mis recuerdos aquellos perros de los cortijos cuya misión era defender las caserías, a sus amos y propiedades, subsistiendo con las sobras que les lanzaban. En sus pellejos se marcaban las costillas que parecían iban a salirse de un momento a otro. No creo que allí se alojara pulga alguna entre tanta necesitad. Para evitar que abandonaran el cortijo en busca de sustento, los acababan atando.
Juan Manuel Arévalo Badía
Detrás de la columnaLas pulgas del perro flaco
“La creación de la Universidad de Jaén a comienzos de los años noventa del pasado siglo, constituye a mi modo de ver, el acontecimiento más importante ...