El bar de la esquina

Antonio Reyes

El lienzo no está listo

Cada vez que veo cómo vecinos de algún pueblo o ciudad se encargan de tareas que corresponden a sus ayuntamientos me hierve la sangre

La actualidad nos vuelve a regalar un claro y tenebroso ejemplo de voluntariado, el vertido terrorífico de pellets de plástico en las costas gallegas que ya se extiende por todo el Cantábrico. De nuevo, como ocurrió con el Prestige, las playas se llenan de personas anónimas con ánimo de limpiar dentro de sus posibilidades y sin ayuda de la Xunta, que esta niega la mayor y dice que ese plástico no es peligroso. Un mes, un mes ha estado la Xunta sin aportar una solución a este desastre ecológico, mientras centenares de personas se afanaban en dejar limpias sus playas. ¿Es esto lo que debemos hacer? Pues claro que sí, porque ante la ineficacia políticasolo queda la revolución ciudadana, máxime cuando la economía de tu región depende de ello. Eso sí, ya veremos si la población ajusta cuentas en las próximas elecciones. Ya os digo yo que no. No ocurrió con el vertido de chapapote y los famosos «hilitos de plastilina» va a ocurrir ahora con «cuatro bolitas de plástico»

Cada vez que veo cómo vecinos de algún pueblo o ciudad se encargan de tareas que corresponden a sus ayuntamientos me hierve la sangre. Recientemente, la asociación Civitas Lucis de Jaén ha tomado las riendas de estos quehaceres, supongo y espero que de forma provisional, anecdótica y reivindicativa, no vaya a ser que el consistorio vea en ellos el grupo de salvamento para continuar con su inacción.

Tuvimos los precursores de estas acciones, los vecinos del barrio de El Almendral, que con la magnífica idea de los murales consiguieron embellecer sus calles y atraer a muchos vecinos de Jaén para pasear y disfrutar del arte urbano, adornando con macetas las puertas de sus casas y conseguir ser la envidia de la ciudad. Pero esa envidia y trabajo silencioso por cuidar de sus barrios no debería ser tal. Cada cuatro años hay unas elecciones en todos los pueblos a las que se presentan unos partidos políticos con sus programas electorales bajo el brazo, calentitos, recién salidos del horno, aunque para la pobre ciudad de Jaén ese horno está falto de leña legislatura tras legislatura. No, jamás deberían los vecinos coger las riendas de unas funciones que corresponden a quien habite la sede de Santa María. A los vecinos no se les vota, no tienen presupuesto ni toman decisiones. Para eso está el consistorio y sus ocupantes ocasionales. La única función que nos corresponde a nosotros es cuidar de lo que tengamos, no coger la brocha ni la escoba para que otros no hagan lo que deben.   



Ya nos han confirmado que lo que en campaña electoral era aquello de «sé cómo terminar con la deuda municipal» hoy es «no podemos hacer nada porque no tenemos un duro». Pero, a ver. Eso ya lo sabía hasta el último gato del polígono de los Olivares. Entonces, ¿por qué se presentó a las elecciones? Pero claro, el casco antiguo es el casco antiguo y lo vamos a dejar del carajo. Esta canción me suena y no sé de qué. No, señores, no. Ver a vecinos que se arman hasta los dientes con rodillos y pintura para adecentar espacios no es bueno, ni como mensaje ni como toque de atención. Esos gestos heroicos con más buena intención que resultados, solo evidencian las carencias de unos gestores que deberían ser ellos quienes se enfundasen el mono de trabajo para darle a la brocha. A ver. Un mono de trabajo es esa ropa que se pone para…

Eso sí, de reuniones andamos bien servidos, reuniones para alargar en el tiempo lo que no se quiere o no se sabe hacer. Ahora parece que se pretende crear una especie de galería de arte o algo así en la calle Martínez Molina. Cojonuda la idea. Pero sepan ustedes que las geniales obras de los artistas jienenses no taparán las vergüenzas de la falta de gestión municipal que arrastramos desde hace años y que deberían de haber sido corregidas por el principal valedor y protector del PEPRI: el ayuntamiento de Jaén. ¿Acaso taparán esas creaciones artísticas los horribles letreros de los negocios? ¿Harán desaparecer los colores insoportables de las fachadas? ¿Nadie se fijará entonces en las botellas de cristal y las latas en el suelo de la plaza Rosales o la falta de papeleras, algo endémico y de por vida en la ciudad? Ea, pues no. Capas de ruina sobre capas de ruina.    

Loable la aportación de nuestros creadores, cuyas cabezas rebosan de ideas para que todos podamos disfrutarlas, pero repito lo que he dicho al comienzo. La ciudadanía no debe ser la encargada de ponerle las pilas a los políticos, por mucho que digan que siempre están abiertos a nuevas ideas. Faltaría más, pero no se puede decir ayer que llegáis con las alforjas cargadas de planes para solucionar ciertos problemas y hoy parece que esas alforjas tienen muchos agujeros por los que se pierde la fuerza. Es como decir: «tranquilos, vecinos de la calle Bernabé Soriano, que yo me encargo del edificio que denunciáis por peligro de derrumbe. Tenemos la solución definitiva. Una lona gigante que oculte el miedo y listo, otra solución gratuita para la Bella ciudad de Luz. ¿Alguna queja más?». Pues así con todo.

Si fuese pintor, lo primero que haría sería preparar el lienzo antes de liarme a dar pinceladas. Si me dedicase a la construcción, me aseguraría de que no edificar sobre tierras movedizas y si mi tarea consistiese en hacer pan, pues una buena masa madre para darle a mis clientes el mejor producto. Repito que me parece una idea genial llenar de obras de arte las calles de Jaén, como un artista local ya me contó una vez mostrándome diferentes ideas que tenía listas para cuando alguien se dignara a escucharlo. Pero son dos cosas diferentes. Los ciudadanos no estamos para tapar las vergüenzas de nadie y mucho menos las de nuestra ciudad, sino para disfrutar de las buenas ideas y actuaciones. Así que no estaría mal que, por una vez en la vida, el ayuntamiento se quite las telarañas y los miedos de encima, se ponga a defender y hacer valer el PEPRI que tenemos y comience una campaña de educación vecinal (para quienes la necesiten) que de verdad haga resurgir el casco antiguo. ¿De qué sirve este PEPRI si es el propio consistorio quien no lo cumple y hace cumplir?

Por mucho que nos cueste reconocerlo en público, lo que tenemos en el casco antiguo de Jaén es un black canvas que poco o nada acompaña a los que viven en esos barrios ni a los que nos visitan de fuera, por muchas expresiones artísticas que se quieran realizar. Mañana, Dios mediante, habrá otra reunión, y otra, y otra, y otra, no vaya a ser que alguien se atreva a decir que no se hace nada por falta de voluntad política. Tema aparte es la falta de preparación, gusto en las actuaciones y el nivel de cateterío y vulgaridad local a la hora de proyectar algo. Sobre esto hablaremos en otra ocasión.

En fin, que aquí también tenemos nuestra playa particular que soporta una y otra vez mareas negras y oleadas de plásticos sin que nadie afronte el asunto como debe. La táctica es sencilla: problema del que no se habla, no existe.