Las dos principales conclusiones que pueden extraerse del domingo de elecciones generales, por este orden, son que el PP de Alberto Núñez Feijóo ganó los comicios, indiscutiblemente, en votos y escaños, 14 diputados más que la segunda fuerza, el PSOE, y que el sanchismo gobernante no fue derogado en las urnas este 23 J. Así de claro, así de paradójico. La remontada, complicada donde las haya, no era totalmente quimérica. Los populares incrementan su presencia en la Cámara Baja en 47 asientos, pero su incómodo socio potencial, Vox, pierde 19 de los 52 congresistas que obtuvo el 10 de noviembre de 2019. Por tanto, PP y Vox se quedarían a 7 diputados de la mayoría absoluta y, a lo sumo, podrían atraer en pos de la investidura de Feijóo a los representantes únicos de UPN y Coalición Canaria, 171. Pare usted de contar. En segunda vuelta, no obstante, el candidato gallego a la presidencia del Gobierno, que lograría el objetivo con más síes que noes, tras reclamar infructuosamente la abstención del PSOE podría pedir lo mismo a Coalición Canaria, PNV y JUNTS, colaboración hipotética harto improbable. Al otro lado está el PSOE de Pedro Sánchez, con su derrota dulce, subiendo dos diputados al Congreso, de 120 a 122, con el compañero de coalición, Sumar, que salva los muebles relativamente con respecto a su pasado reciente, Unidas Podemos, de 35 a 31, 4 abajo a los que habría que añadir los 3 que consiguió Más País, ahora integrado en la confluencia que lidera Yolanda Díaz, es decir, 7 menos en términos absolutos. Reeditando la mayoría que invistió a Sánchez Pérez-Castejón, aún necesitarían que los independentistas de Puigdemont (¡Vade retro!) les apoyasen en primera votación o, como mal menor, se abtuvieran en segunda vuelta. De ese modo, sumando 179 o 172, en primer o segundo intento, dependiendo siempre de Junts per Catalunya, Pedro Sánchez sería reelegido presidente. Pese a que las próximas elecciones autonómicas catalanas tocan en 2025, la auténtica espada de Damocles se sitúa en la posibilidad cierta de que Junts exija a cambio de su apoyo a la investidura de Sánchez la transferencia de competencias para poder organizar un referéndum. Esquerra Republicana, después de perder 6 diputados al Congreso, la misma noche del 23 J, en declaraciones a bote pronto del medio paisano Gabriel Rufián, como en campaña, ha evitado condicionar la investidura con una consulta soberanista, priorizando la conformación de un frente único contra la eventual posibilidad de un gobierno de España PP-Vox. Más vale malo conocido. Un panorama complejo, desde luego, cualesquiera sean las combinaciones pergeñadas. Callejón sin salida de una legislatura que pudiera resultar tan fallida como la nacida de los comicios del 28 de abril de 2019, abocada a la repetición electoral si a la obcecación de Junts unimos la mayoría absoluta alcanzada este domingo por el Partido Popular en la cámara estatal de representación territorial, el Senado. El voto por correo, así como el llamamiento a la movilización de la última semana, rigores térmicos de finales de julio al margen, ríete (tú) de los golpes de calor de los agoreros, elevaron la participación en 4 puntos en relación a las últimas elecciones generales, celebradas el segundo domingo de noviembre de hace 4 años. A la postre, oiga, aun sudando a chorros, siempre da gusto votar en libertad.
¿Y, a todo esto, qué pasó en Jaén? PP y PSOE hicieron tablas, por cuanto los populares apenas aventajaron a los socialistas en poco más de un punto porcentual y 3.900 votos. Poca cosa para hacer la ola. Bien es cierto que ganaron un diputado, de 1 a 2, y se hicieron con 3 de los 4 senadores (Cuqui Márquez, Mariola Aranda y Javier Bermúdez, PP, y José Latorre, PSOE). 2 - 2 - 1 al Congreso, con las parejas conformadas por María Luisa del Moral y Juan Diego Requena, PP, y Juanfran Serrano y Ana Cobo, PSOE, y, como no hay quinto malo, con la continuidad garantizada por Vox, 4 años más, Carrera de San Jerónimo arriba, Carrera de San Jerónimo abajo, del simpar político tosiriano Francisco José Alcaraz. El PSOE fue la fuerza más votada en la Guarromán de Erik Domínguez o la Porcuna de Miguel Moreno. El PP ganó apretadamente en Úbeda, donde en las municipales, dos meses antes, el PSOE se alzaba con mayoría absoluta. En Linares, los socialistas recuperaron la primera posición sacando 390 votos de distancia a los populares. La esperanza es lo último que se pierde. Las opciones de Jaén Merece Más, el partido transversal provincialista cuyo principal sueño era llegar al Congreso, se disolvieron cual azucarillo en unas urnas que primaron el voto útil al PP, en detrimento del socio cómodo con que conformaron gobiernos municipales en Jaén, Baeza, Santisteban del Puerto y Santiago-Pontones.
Avanzábamos por aquí, el domingo pasado, el escándalo en ciernes por la no confirmación del contrato en Jaén para la apertura del Festival de Otoño, finales de octubre, de la obra teatral 'Romeo y Julieta despiertan', protagonizada por la muy roja e incombustible Ana Belén. Y por agravio comparativo sangrante con otras cancelaciones recientes en ayuntamientos gobernados por PP y Vox, el asunto devino/degeneró en trending topic, en plena campaña electoral, a propósito del recurrente trasunto de la censura ideológica y partidaria. ¡Qué bochorno, papi! El alcalde González Romo defendió a su equipo de Cultura recordando que no se puede cancelar lo que no se ha contratado anteriormente. Sin faltar a la verdad, los conciertos anunciados de Raphael y Pablo López, en idéntico punto procesal, no tenían muchos más papeles. ¿Que no había nada? ¿Que el PSOE pudo haberlo dejado cerrado antes de abandonar el gobierno local? Cierto, pero un gestor de espectáculos, personal laboral del área municipal de Cultura, rechaza, en conversación de whatsapp con el promotor del evento, el viernes, 7 de julio, ante la demanda de una respuesta oficial por parte de la concejala, María Espejo, cualquier posibilidad de inclusión en los días señalados de la obra de Ana Belén en la programación de la ciudad de Jaén: "Está ya ocupado con otras cosas. Descártalo. Gracias". Sí hubo rechazo, pues, aunque quizá no por el cauce apropiado, ni a través de la persona adecuada. En medio de la polémica, Úbeda aprovechó el hueco, metió baza y se hizo con el contrato. Mismas fechas barajadas. Se cierra el telón.