La actual campaña se está caracterizando por varios puntos que resumen la evolución de la misma, en primer término se ha producido un anticipo ya ratificado, y secundado de la campaña de elaboración de aceite de oliva, ello ha quedado patente con las 275.500 toneladas de aceites de oliva elaborados hasta finales de noviembre, otro punto adicional que diferencia esta campaña, es el incremento de los rendimientos con respecto a la anterior del orden de 2,5 puntos porcentuales, siendo muy similares a la media interanual.
También, otro factor muy importante es el aumento en la capacidad de recolección en campo, debido a una mayor mecanización, lo que ha llevado, a que las almazaras también se adaptaran a dichas entradas para salvaguardar con ese incremento de capacidad la adaptación de la recepción, en pro de la calidad de las distintas categorías.
Por lo tanto a tenor de la situación, o matices comentados, a finales de noviembre, con esa producción acumulada sin antecedentes, se podría prever que para entonces nos encontrábamos a un 20 por ciento, sobre el total, de la cosecha prevista este ejercicio o campaña, es decir, la producción de aceite de oliva nacional, podría rondar de entre 1,35 y 1,38 millones de toneladas.
De ser así, a día de hoy de forma previa a la Navidad y a las potenciales lluvias que se esperan, se podría decir que el ritmo de la campaña, podría rondar el 40 por ciento, es decir, unas 540 mil toneladas de aceite, que dependiendo de las lluvias, dejarán un diciembre, con uno u otro nivel de producción acumulada.
Si nos referimos al ámbito internacional, la producción sería inferior a la demanda, pero la oferta sí que resultaría ser superior al consumo, además de existir una mayor distribución de la misma entre los fundamentales productores del planeta, lo que alterna la demanda de los grandes consumidores de unos países a otros en función de los intereses de aquellos.
En el ámbito de los precios, jugarán un papel fundamental tres factores, las lluvias, y la duración de las mismas, pues dejarían en el corto plazo el sector sin existencias, la climatología a partir de abril del próximo año, y por otro lado, la demanda internacional, especialmente la de los países cuyos mercados son maduros, como es el caso de España, Italia, Grecia, Portugal, Túnez o Jordania. No obstante en el corto plazo, no se prevé un cambio brusco de tendencia de cotizaciones, ni en un sentido, ni en otro, en función de la combinación de los factores abordados.
Juan Vilar
Entre olivos, aceitunas y aceite¿Cómo se presenta la campaña en España?
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