Aunque la canción de los Pogues (España es así. Le ponemos nuestro artículo determinado a las bandas extranjeras y sí se ponen farrucas les traducimos los números. Así tenemos “Los U-dos”, “los U B Cuarenta” y mis favoritos “Los B-cincuentaydos” , designaciones que dejan atónitos a los foráneos ) que más tarareo es “Dirty old town”, en especial cuando paseo por las calles de la “muy noble y leal ciudad “ de Jaén ,la banda irlandesa posee uno de los tres únicos villancicos que soporto a estas alturas ( los otros son “Santa Claus is back in town” pero la de Elvis y el “Merry Christmas , I dont wanna fight tonight “ de los, sí “los”, Ramones, por cierto el día que compuso Lennon su “I wish you a Merry Christmas” debió haberse quedado en la cama con Yoko, la humanidad se lo hubiera agradecido ) me refiero a “Fairy tale of New York”. En la canción original cantada por Shane Mac Gowan al alomón con Kirsty Mac Coll hay un fragmento que reproduce la discusión de una pareja irlandesa bebida con insultos, y cito textualmente, como “puta borracha” o “maricón”. Aunque la canción se las vio con la censura en su terruño en alguna ocasión (no aquí porque nadie sabía la lengua de la pérfida Albión y coreábamos la copla en inglés de las montañas) terminó siendo el antivillancico por excelencia y paradójicamente un tema imprescindible en las navidades anglosajonas. Bueno, pues casi a cuarenta años de su composición la BBC 1 pone la venda antes de la herida y censura la canción ( Harry Styles lo había hecho previamente embutido en un horrible jersey navideño ,como todo jersey navideño por otra parte ,transformando lo que es un desgarrador tema en una nauseabunda cursilería a la que le falta el muérdago colgando sobre su pelirroja testa) porque puede herir los sentimientos de los más jóvenes cuando en esta era digital e incontrolable los infantes están de vuelta en cuanto a violencia, sexo y por supuesto tacos. No importa que la letra obedezca a un relato costumbrista y de ficción sobre una pareja de inmigrantes irlandeses alcohólicos. Los ofendidos e ignorantes a partes iguales descontextualizan una frase y ya tenemos más leña para la hoguera y una entrada más en el “Index” de las obras prohibidas. Como si no fuera suficiente el tener que liársela a día de hoy con papel de fumar para no faltar a una serie de colectivos que se multiplican en proporción geométrica ahora se quiere retocar obras pasadas arguyendo una retroactividad moral que algunos cardenales de esta nueva Iglesia de lo Correcto se han atribuido a sí mismos. No es nada nuevo. Moratín censuró “El médico a palos” de Moliere en su traducción y quedó de lo más sosa. El franquismo también ejerció la censura creativa en Mogambo entre otras y por arte de magia lo que era un triángulo amoroso entre Grace Kelly, Ava Gardner y Clark Gable por intercesión del brazo incorrupto e incorruptible de Santa Teresa pasó a ser incesto, comportamiento mucho más acorde con la moralidad del caudillo. Sólo en “Regreso al futuro” modificar el pasado acaba saliendo a cuenta.
Carlos Oya
La chapaCuento de hadas en Nueva York
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