Ayer leía una entrevista en un medio nacional a Irene Montero, la última de Filipinas de PODEMOS, que se presenta candidata a las europeas como quien se agarra a un clavo ardiendo y no por inesperadas sus declaraciones ciertamente me indignaron y son estandarte de una izquierda que no se entera de las cosas porque no quiere. Por una lado exige (algo en lo que todos estamos de acuerdo) la interrupción del bombardeo masivo sobre la franja de Gaza y en particular Rafah (ya van más de 30.000 víctimas en su mayoría civiles) y la ruptura de cualquier relación de cualquier tipo con el estado de Israel. Que en sus respuestas no haya la mínima alusión a la matanza previa e indiscriminada de Hamas y a los rehenes israelíes (los vivos y los muertos) se debió a que un ángel pasó entre la periodista y la candidata en ese momento. Pero a la hora de hablar de Ucrania…ay Sancho con la iglesia (en este caso ortodoxa) hemos topado. La dirigente del increíble partido menguante se va por los cerros de Úbeda y no es que no sólo se oponga a la venta de armas a Ucrania (que es una postura en absoluto descabellada pero no por motivos ideológicos sino porque todo apunta a que el conflicto está estancado y en una guerra de desgaste Rusia lleva las de ganar así que una prolongación de la contienda lo único que conseguiría es un incremento de bajas) sino que se abstiene de la menor crítica a Putin. Al parecer los rusos tienen sus motivos para hacer lo que están haciendo (anexión unilateral de Crimea hace 10 años, de Lugansk y Donestk para finalmente ir a por todas) y aquí no se pide ni alto el fuego, ni condena, ni boicot a los productos rusos, ni la intervención del Tribunal de La Haya. Con Putin Podemos se la lía con papel de fumar. Montero obvia o desconoce (no sé qué es peor) la matanza de Bucha, la masacre de 420 civiles por las fuerzas rusas por la que Rusia perdió su asiento en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el uso de la violación sistemática de niños y mujeres como táctica bélica (algo que nos lleva a la guerra de Yugoslavia)…todo eso es “pecata minuta”. Un autócrata que encarga asesinatos (al igual que el príncipe Bin Salman) con venenos radiactivos, que se le mueren los opositores en Siberia sin causa conocida, amigo y financiador de Trump y represor de movimientos feministas y L.G.T.B.I. por los que la exministra siempre ha mostrado máximo interés aunque no en este caso y si no que se lo digan a las “Pussy riot”. He echado de menos la diatriba, la asertividad, la pasión y los términos con los que a veces se dirige a los partidos de derecha en este país porque parafraseando a Óscar Ladoire en “Opera Prima”: “ Abascal no está tan mal…¡ Es mucho mejor que Putin!”
Carlos Oya
La chapa¡Mucho mejor!
Al parecer los rusos tienen sus motivos para hacer lo que están haciendo y aquí no se pide ni alto el fuego, ni condena, ni boicot a los productos rusos...