Tengo un amigo muy querido abogado y grafólogo en la intimidad que cuando lo mandan de turno de oficio a poblados lejanos pone en las redes “Rock and roll”. Yo le digo que no veo (o mejor dicho escucho) el rock and roll por ninguna parte cuando uno pilla el coche para ir a Cambil por ejemplo (pueblo del que por otro lado me siento orgullosos de remanecer por parte de mi abuelo paterno) a defender causas espurias como robo de aceituna o agresión por cuestión de lindes. No importa. Es una licencia poética. Lo que me saca de mis casillas es la declaración de fuentes del P.P. hace unas semanas sobre el caso Koldo que más o menos decían “comienza el rock and roll” (cito de memoria). Pues yo no veo ni el “rock ni el “roll” en la enésima trifulca entre los dos grandes partidos y me molesta francamente que llamen “rock and roll” a una lamentable tradición decimonónica española que aún perdura y con más salud que nunca: el enfangamiento, la búsqueda del interés del partido antes que el interés del país o la verdad, groserías justificadas con pésimos juegos de palabras, portavoces continuamente oliendo mierda, sermones más dignos de los Amish que de un partido que se dice de izquierdas, ministros sin abuela que se felicitan a sí mismos, culiparlantes muñecos de ventrílocuo, tonos y formas de la señorita Rottenmeyer en sede parlamentaria, léxico, morfología y sintaxis de navajeros al tomar la palabra…esto no es rock and roll. Pienso en Elvis y en los Beatles (sí, los Beatles es un grupo de rock and roll) trabajando y dando lo mejor de sí para creaciones inolvidables. ¿Rock and Roll? Más bien un politono de C.T angana.
Carlos Oya
La chapaRock and roll
Lo que me saca de mis casillas es la declaración de fuentes del P.P. hace unas semanas sobre el caso Koldo que más o menos decían “comienza el rock and roll”