“Somos uno y lo contrario, buscamos el remedio que nos acabará matando” canta Lapido en su maravilloso último disco y en tres frases resume la contradicción inherente a la humanidad (o al menos a la que piensa). Me vino esta tonada a las mientes leyendo ese escándalo de tercera regional sobre la denuncia del P.S.O. E. (Jaén) en las vísperas de las últimas elecciones municipales sobre una supuesta compra de votos por parte del P.P. , sospechas que al parecer eran infundadas (aunque hubo detenciones) que derivaron al archivo de la causa y la apertura de otra contra los socialistas por falsa denuncia la cual tras haberse también archivado en un principio, la presentación de un recurso de forma y un cambio de juez concluyó con una reapertura de las diligencias y con dos políticos del P.S.O.E de Jaén llamados a declarar como investigados: Julio Millán, anterior alcalde de la capital, y África Colomo, concejal y a la sazón vicepresidenta de la Diputación Provincial. Esto es lo que hay y veremos en qué queda la cosa.
A la salida de declarar (y cito como fuente este mismo medio de comunicación) el señor Millán se dirigió a los medios: "Estamos convencidos de que lo que hicimos en su momento fue actuar conforme debíamos", que "ante la posibilidad de la comisión de un delito un día previo a las elecciones, nuestra responsabilidad, nuestra obligación, era ponerlo en conocimiento de, en este caso, la Policía" porque "es lo que le corresponde a cualquier ciudadano de nuestro país". Y respecto a la veracidad de las informaciones (unos “wasapps” al parecer) "No podíamos tener conocimiento, ni teníamos conocimiento, tampoco era nuestro papel. Nuestro papel es, yo creo que, como corresponde a cualquier ciudadano, ante un hecho y esa inminencia de las elecciones al día siguiente, ponerlo en conocimiento de la justicia", "son las autoridades las que tienen que investigar". Hasta aquí la política local.
Vamos ahora a la esfera nacional como quien dice anteayer, al retiro de Schrödinger del presidente Pedro Sánchez, que obedeció (al menos eso es lo que él dice) a un golpe en la mesa ante la supuesta desinformación, medias verdades, bulos o directamente calumnias hacia su partido y en especial contra él y su mujer. Recibió el apoyo masivo del partido, incluido el de Jaén. En esos días se puso en el punto de mira a la organización “Manos Limpias” quien había interpuesto una querella contra Begoña Gómez, mujer del presidente, por supuestos tratos de favor a determinadas empresas. Cuando se destapó que lo único que aportó la asociación fue una miscelánea de noticias de diversas fuentes digitales algunas no verificadas y otras con escasos visos de veracidad su secretario general, Miguel Bernard, no dudó en admitir que a lo mejor eran falsas, que era el juez quien tenía que investigarlo y que en todo caso había cumplido su deber como ciudadano (“No ha habido en el actuar de Manos Limpias el más mínimo acto falsario, pues como bien han dicho quienes nos han criticado, basé la denuncia que se presentó en dichas informaciones periodísticas, y solo en las mismas. Será ahora el Juez Instructor quien deberá comprobar si dichas informaciones periodísticas son ciertas o no”). Convendrán conmigo que es la misma argumentación del P.S.O.E. de Jaén a la que nos hemos referido más arriba. Entonces ¿en qué quedamos? ¿Hay máquina del fango o no hay máquina del fango? ¿Máquina del fango para unos no, máquina del fango para otros sí? ¿Máquina del fango “de entrada no”? ¿O directamente se nos toma por tontos?