Mediodía en la provincia de Jaén

Fernando Calahorro Téllez

A vueltas con la sanidad

Opinión de Fernando Calahorro Téllez


No deberíamos resignarnos a normalizar el deterioro progresivo y constante de nuestra sanidad pública, ni verlo como algo inevitable, porque no lo es, y obedece a una política concreta y consciente de sustitución por el sector privado.

Era la joya más preciada de nuestro servicio público y ahora es el lamento en casi todas las conversaciones. Casi todos los usuarios tienen quejas.



En Jaén, la media de espera para el médico de cabecera es de diez días si es presencial, y una semana si es telefónica. La propia Junta de Andalucía reconoce que ahí tienen un “cuello de botella”. Las listas de espera para ser atendido en consulta o intervención quirúrgica, afecta al once por ciento de la población, y hay especialidades donde se superan los dos años. Al mismo tiempo las urgencias hospitalarias están colapsadas y los profesionales se quejan – con razón - , de jornadas agotadoras y del riesgo de tratar con usuarios molestos por los déficit existentes.

¿Qué soluciones ponen en marcha los responsables sanitarios?: Ninguna para la atención primaria y ampulosos anuncios sobre sucesivos PLANES DE CHOQUE, que consisten en derivar pacientes a las clínicas privadas, o sea, disminución de recursos del sector público y sustitución por la medicina privada.

Un ejemplo sangrante es nuestra provincia, con trece quirófanos operativos en los hospitales públicos y solo funcionan habitualmente cinco. La Consejería de Sanidad alega que es por “falta de anestesistas”, la misma excusa del año pasado y del anterior; nunca dicen “vamos a resolverlo”, no, la solución es el engorde de la sanidad privada, donde al parecer no faltan ni médicos de familia ni especialistas.

Andalucía es la Comunidad Autónoma junto a Madrid, que más suspende en los parámetros sanitarios esenciales. En ambos casos la política de sus gobiernos es la misma, la privatización de los servicios públicos.

¿Hemos de seguir en la resignación?