Tengo la costumbre desde hace muchos años de volver a la vida cada mañana con la radio, es mi despertador. Con ella equilibro el primer bostezo con el estiramiento forzado de extremidades, sorbo el café con azúcar y cojo el primer cabreo del día con lo que expanden las ondas, del que ninguna responsabilidad tienen los sufridos trabajadores del medio.
En esta época en la cual deberíamos gozar de un estado de paz primaveral, los demonios de la guerra siguen sacudiendo el viento en el Este de Europa y en Oriente Próximo, donde en 4k nos acercan las barbaries cometidas contra civiles.
En estos días claros que sirven para asociar el sol a las calores que vendrán en verano, nuestras señorías para las que cualquier hueco es trinchera, nos ofrecen jornadas de barro y vértigo que solo sirven para hacernos pasar vergüenza, demostrando que tienen mucha más inteligencia artificial que natural.
Con respecto a lo de aquí, a la tierra que pisamos, también hay motivos para mí enojo. He oído como Paco, daba estopa a Juanma -el primero apellidado Reyes, el segundo Moreno- con el manido desprecio a Jaén como argumento filosofal.
La Diputación de Jaén, entre tanto imperio andaluz del PP, se ha convertido para el PSOE en un elemento político de resistencia, algo así como el poblado galo de Astérix, de los geniales Goscinny y Uderzo. Por este motivo Paco, es el encargado de zurrar todo cuanto pueda, y no le falta razón ante el escaso compromiso del gobierno andaluz con la provincia, lo que si es de agradecer son formas más creativas que dejen a un lado las muletillas de frases hechas, artificiales, multiusos que sirven para todo.
Ante esas declaraciones el Presidente Juanma, hace ver que está en otro plano, que Paco, no es rival para compartir tatami y lo despacha con su vocero de confianza en Jaén Jesús Estrella, que entre otras cosas está para esto.
Al margen del "quilombo" que uno y otro quieran montar si hay una realidad, los compromisos del Presidente de la Junta con Jaén no se cumplen, ni en los miles de empleos prometidos, ni en infraestructuras como la autovía del olivar, ni en salud pública, ni en ningún plan que estabilice nuestra potencia agrícola el aceite, ni siquiera fortaleciendo nuestro patrimonio turístico.
Jaén es una provincia que está en una situación que, si bien se piensa, se merece trabajar mucho por ella, también desde la Junta.