Era San Agustín, Doctor de La Gracia, el vivo ejemplo del converso, que con buena pluma dijo eso de: "A Dios, sólo se va de rodillas, pero el hombre es demasiado orgulloso y fatuo para doblarlas. Nuestro Agus, nuestro sevillano más jaenero, desertor y experto en ser soldado que abandona su bandera, no tiene remilgos en combar las rodillas para hincarse delante de Moreno Bonilla, descansando sobre sus atléticas piernas.
Pero sí, he aquí la cuestión primordial, admite la súplica, el mismo gesto cristiano, que el agradecimiento; la sumisión expresada, en doblarse como signo de vasallaje. Romo hace ojitos al jefe del Clan del Boquerón que, al fin y al cabo, es quien reparte el parné en Andalucía, desde que entendió que no tenía el PP en stock un alcaldable aparente.
No esperaba Agustín, hijo ilegítimo de cualquier partido en que esté enrolado, recibir el glorioso encargo de encabezar la lista añil, para hacerse con el Ayuntamiento de la capital. Trabajó, y eso hay que reconocerlo, haciendo kilómetros por la provincia, vestido de azul pastel, aburriendo con la retahíla de "ser del PP antes que Gabino o Palacios". No se le conocen rojeces en las manos por los palmetazos, que debe dar un alcalde que ve que los suyos cuecen presupuestos que son "Menos de lo mismo" . Ese complejo de crónica insuficiencia, unido al deber de alabanza a su "dador", le convirtió en un simpático y educado papagayo del "venga usted mañana" que suena a asalariado público.
Un candidato "game over", un buen hombre pero político de saldo, capitán de un batallón marchito en que los nuevos polluelos y polluelas creen que gestionar es tener varias cuentas en Instagram.
No, Agustín, no, hijo, mira que tenías ganas de que te engañaran... Si Bruce, tu perro, supiera hablar ya te habría dicho que con semejante escuadrón dónde vas ni pollas.
Era la lista un buen casting de Gran Hermano. Incluyó abandonos, ataques al formato, nominaciones, edredoning y finalmente la frasecilla: "Jaén Merece Más ha decidido que debe abandonar la casa...".
Siendo el despecho el virus más mortífero conocido, consumen ahora más calorías en el lamento y la culpa que en el propósito de enmienda de quienes no ganaron las elecciones.
Más se perdió en Cuba, y vinieron cantando, no todo está perdido. A los desalojados les retiran los galones del postureo, pero quedan liberaciones que adjudicar, prácticamente por dedicarse a protagonizar notas de prensa industriales, con lo del Sanchismo y eso. Desde que el equipo de gobierno tiene las campanadas contadas, ya sabemos que las cabezas que resistan el naufragio disfrazan de compromiso la obligación de seguir, a falta de manduca que les llegue fuera del cargo público.
Amigo Agustín, lo que habrán sufrido tus carnes, siendo equidistante entre los grupos del coogobierno. Ya encaramado al castillo de Santa Catalina, recordarás que al menos no recibes el mortífero reproche de la sultana Aixa cuando a su propio hijo le decía eso de "llora como mujer..."
Espera recibir, no mucho que durarán poco, palabras dulces de apoyo incondicional y aliento fétido, de los que para sus adentros también piensan "si es que esto no podía salir bien". Pisar moqueta antes que terrón en politica nos lleva a una sumisión servil, que nos hace cómodos para las cúpulas y pateadores expertos en tirar el esférico adelante. Total, entre en patear y patalear la diferencia sólo es que en la segunda ya besas el suelo.