El regreso a la normalidad significa poder disfrutar de nuevo de nuestro tiempo libre, poder compartir y disfrutar de nuestras familias en lugares y parajes diferentes a los habituales.
Sin duda este verano nuestros parque naturales, pueblos y ciudades volverán a tener viajeros y visitantes… esos turistas que dan vida allá donde se desplazan.
Estos dos últimos veranos marcados por la pandemia han sido duros y complicados para el sector turístico y la hostelería.
Llega primer verano sin restricciones de horarios o aforos para el sector, pero no por ello ha llegado la tan ansiada normalidad. Sin saber nada de la inflación y la situación geopolítica, ya a finales del año pasado avanzábamos que para el sector turístico de Jaén la normalidad la esperábamos para el 2023, ante la incredulidad de algunos.
Y así es. A priori, lo que tenía que ser un año ya dentro de lo habitualmente normal, se vuelve a complicar con la incertidumbre del conflicto armado de Ucrania, que pone en duda los viajes al exterior a países cercanos, así como se retrasan las reservas internacionales para nuestro país.
Podíamos pensar que nuestro porcentaje de extranjeros es bajo, y así es, pero la necesidad de la costa de llenar sus plazas hará que quieran pescar en nuestros mercados de origen tradicionales.
Y como si esto fuera poco, las continuas subidas de los costes de energía, materia prima, impuestos y gastos laborales hacen que todo se encarezca, con lo cual resulta más complicado, si cabe, hacer previsiones del comportamiento del sector turístico en nuestra provincia de Jaén.
No nos queda otra que salir a vender fuera, comercializar y promocionar nuestro destino, un destino que ya se demostró seguro, saludable y equilibrado.
Porque si ya teníamos incertidumbre, esta incertidumbre va a durar un año más…
