Si en los últimos días han observado que algunos personajes de su ciudad que antes no les saludaban, ahora se paran y les sonríen e incluso se interesan por sus asuntos. Si además notan una frenética actividad en las obras de su pueblo y una gran difusión de actos en las redes sociales, no se extrañen, nos acercamos a las elecciones municipales.
Desde mi punto de vista, las municipales son las elecciones más auténticas en las que una persona puede participar, excepto en las grandes ciudades, de las que no tenemos en nuestro entorno, uno tiene la oportunidad de conocer el día a día de los candidatos, se los puede tropezar en el supermercado o en el bar, sabe con quien se junta, cuales son sus aficiones y a qué se dedican sus parejas. Por eso, en las municipales lo menos importante, aunque sigue teniendo importancia, es el partido al que representan y lo que nos importa de verdad es la persona en la que depositamos nuestra confianza.
De todos modos, convendría conservar los programas electorales que los actuales alcaldes o alcaldesas nos presentaron hace 4 años, porque es muy probable que, aunque nos aseguren que lo han cumplido casi en su totalidad, nos intenten vender los mismos proyectos una vez más.
Por otro lado, no podemos olvidar que, en la mayoría de nuestros pueblos y ciudades, el Ayuntamiento es la empresa que más trabajadores tiene de toda la localidad, por eso hay mucha gente antepone su estabilidad laboral y económica al progreso y desarrollo de su ciudad.
En cualquier caso, aprovechen ahora, disfruten de las sonrisas y saludos de los candidatos, acérquense a ellos y cuéntenles sus anhelos y preocupaciones, verán como los escuchan con atención, porque en estos días es cuando el ciudadano realmente siente que sus políticos locales son servidores públicos.