Mediodía en la provincia de Jaén

Paco Rosa

Mirando al cielo

Opinión de Paco Rosa

Elaboro estas líneas en la antesala de otra borrasca que azotará toda la península durante los próximos días, que se traducirá en mucho frío, la tan necesaria agua e incluso nieve, que ya cubre las cumbres altas de Mágina, Cazorla y Segura.

Aunque sigamos en plena sequía, este febrero bisiesto de 2024 se ha convertido en el más lluvioso en la provincia de la última década, propiciando un aumento del alrededor del 5% de las reservas hídricas de nuestros pantanos y siendo el Tranco, el más grande del territorio jiennense, el que ha visto incrementado en mayor porcentaje su nivel, superando el 30% de su capacidad.

La provincia jiennense mira al cielo asustada desde una doble perspectiva y ante una doble amenaza: desde el punto de vista del abastecimiento y desde el olivar. Desde el abastecimiento, ante la amenaza de restricciones que se traduzcan en cortes de suministro durante los meses de verano, una situación que me trae recuerdos de la niñez cuando, también en periodo de sequía, había que tirar de los depósitos en las casas para disponer de agua. Ante esta situación, la Junta de Andalucía ya estudia traer agua desalada en buques cisterna desde Murcia hasta las provincias costeras de Cádiz, Málaga y Almería, las más perjudicadas por la sequía en la región. 



Y desde la perspectiva del olivar, ahora aliviado por las lluvias del mes de febrero y que espera una primavera generosa en precipitaciones para no producir por tercer año consecutivo una cosecha nefasta, que ahondaría en la mala situación que atraviesa el sector.

Aunque las cabañuelas no son un método científico para predecir el tiempo y la AEMET aconseja no darle crédito, esta metodología tradicional prevé más lluvia con la entrada de la primavera, pero también la llegada temprana del calor.

Esperemos que esta doble amenaza, vital y económica, se quede en papel mojado y los próximos meses continúen la senda marcada por febrero, mi mes, asegurándose el abastecimiento para el verano y un próximo aforo del olivar que supere ampliamente los de los pasados años 22 y 23. La provincia, nosotros, lo agradecerá.