Los agricultores y ganaderos de la Unión Europea ya están hartos. Hartos de que con su trabajo, uno de los más duros que existen, no obtengan el reconocimiento social y la compensación económica suficiente para mantener una vida equiparable a la de cualquier otro sector de actividad económica. Y llevan razón. Toda la razón. Ven los agricultores que en los pueblos, sus vecinos, funcionarios, comerciantes, empleados de banca, incluso sus asesores fiscales, vendedores de maquinaria o de productos fitosanitarios, tienen, por lo general, mayor calidad de vida e ingresos mayores y más estables que los suyos.
Ahora bien, ¿Son las Autoridades Comunitarias y los gobiernos de los países miembros los responsables de la situación? Mejor dicho, ¿Son los únicos? Sincera y honestamente, no lo creo. Ni siquiera es suficiente con meter en el paquete a los intermediarios y a las grandes superficies.
Los agricultores deberían afinar el punto de mira, como se dice en el campo, y apuntar, también, en otras direcciones o con otras reivindicaciones que puedan ser factibles. Vayan dos ejemplos:
1. Cada vez llueve menos, creamos o no en el Cambio Climático. Y año tras año, en España, regamos más hectáreas. Para cuadrar esta ecuación, a mi entender, la única solución es producir agua dulce. Por eso, yo añadiría esa reivindicación: Un plan potente y urgente de construcción de plantas desaladoras, sobre todo en el Sur y Este peninsulares, sufragado por la UE, Gobierno Central y Comunidades Autónomas.
2. Conseguir, de una vez por todas, que quien contamine pague. Que las grandes Corporaciones Industriales que emiten CO2 a la atmósfera, compensen, económicamente, a los bosques y cultivos leñosos que se ocupan de todo lo contrario, de captar este dióxido de carbono y fijarlo en el suelo. Una labor callada y trascendental, imprescindible y por la que agricultores y ganaderos no reciben absolutamente nada. Y la provincia de Jaén, sería la gran beneficiada, por su gran masa forestal y sus olivos.
Pero no soy optimista. Seguiremos con lo de siempre. Presiento que, al final, ojalá me equivoque, poco se va a conseguir. Antes o después, los tractores dejarán autovías y ciudades y volverán al campo con las mochilas cargadas de frustración.
Mientras, hay otros que ya han ganado: las grandes multinacionales fabricantes de productos fitosanitarios, que han conseguido, gracias a estas movilizaciones, que la UE retire la Ley que limitaba el uso de herbicidas y otros productos químicos en el campo. ¡Qué casualidad! Ya tenemos vencedores.