No soy de esas personas que reenvían, sin pensarlo dos veces, cualquier cosa que les llega por WhatsApp. Tampoco presto demasiada atención a todos los vídeos que recibo por las redes sociales, tan solo me detengo en aquellos que proceden de contactos que filtran sus envíos y no se prodigan mandando demasiadas escenas graciosas de tiktok.
Hace unos días, un amigo me enviaba el enlace a un vídeo que se había hecho viral en las redes sociales y que seguramente muchos jiennenses ya conocerán. El vídeo es muy cortito y lo podríamos titular: “Rosalía, su novio y el amante de las aceitunas de Jaén”. Se trata de una escena entre Rosalía y Rauw, donde él sostiene un táper y le pregunta al público que les sigue en directo en redes sociales “¿Quién come aceitunas?” No sé si la escena entre la pareja fue espontánea o fruto de alguna campaña publicitaria. Desde luego, si ha sido una cuestión de marketing turístico o alimentario habría que aplaudir al creativo que la ideó. Y si ha sido un diálogo espontáneo entre la pareja, toda Jaén debería ponerles en un altar por el resultado.
Sea como sea, el hecho de que Rosalía, una cantante con talento sobradamente demostrado -y más de 25 millones de jóvenes seguidores en las redes sociales-, responda en ese momento a la pregunta irónica de su novio sobre las aceitunas “en Barcelona todo el mundo las come”, y alguien - imagino que un jiennense- les apunte desde el otro lado de la red “En Jaén”, se comen en Jaén, es para quitarse el sombrero. Para descubrirse ante ese jiennense, amante desconocido de las aceitunas, que con su oportuno gesto ha dado una difusión insospechada a nuestra tierra cuando Rauw lo lee y dice “Jaén, ¿qué Jaén?” y ella comenta “Jaén de España”.
Así que, aunque sean los sevillanos quienes dominen la industria agroalimentaria de la aceituna de mesa, ganas me dan de proponer en el whatsapp que se levante en Jaén un monumento “Al amante de las aceitunas desconocido”, rotondas más extrañas se han visto, ¿no creen?