Régimen Abierto

Antonio Avendaño

Políticos de España, ¿no os cansáis?

Resulta impúdico, por no decir vomitivo, el intento de obtener réditos políticos en un contexto marcado por el centenar y medio largo de ahogados en la DANA

Hacia el final de la película ‘Señoras y criadas’, la protagonista negra Aibileen, harta de las incontables perrerías que su interlocutora la señora Hilly Holbrook le viene infligiendo, le pregunta: “¿No se cansa, señorita Hilly?”. La interpelada no llega a responder, aunque tampoco puede disimular un gesto a mitad de camino entre la ira y la perplejidad ante la pregunta a bocajarro de la sirvienta. Hilly no dice nada porque la pregunta la deja desnuda ante un espejo en el que nunca hasta ese momento se había mirado porque nadie se lo había puesto delante.

Cuando aún no ha acabado el recuento de cadáveres que ha dejado tras de sí la DANA que ha asolado el área metropolitana de Valencia y algunos pueblos de Castilla-La Mancha, políticos del Partido Popular y el Partido Socialista y periodistas simpatizantes de la izquierda y la derecha han vuelto a enzarzarse ridículamente y sin pudor a la búsqueda de culpables de lo sucedido.

Ninguno de ellos parece haber entendido que no era el momento de la trifulca partidaria; ciertamente, la política y el periodismo viven de trifulcas y, aunque un poco agotador para el público, es perfectamente legítimo que así sea, pero resulta impúdico, por no decir vomitivo, el intento de obtener réditos políticos en un contexto presidido por un centenar y medio largo de ahogados. Veamos.
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior: “La activación de los planes territoriales de protección civil ante una emergencia de cualquier tipo y su posterior gestión es responsabilidad exclusiva de las autoridades autonómicas”.



Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana: “Aquí no somos meteorólogos, vamos trasladando lo que la meteorología nos traslada”.

Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP: “Un presidente autonómico gestiona en función de la información que recibe. Y la información que se recibe son informaciones que dependen de organismos con competencia exclusiva del Gobierno central. Léase la AEMET, que es la que informa sobre la previsión de las horas o las precipitaciones, y la Conferencia Hidrográfica, que es la que tiene competencia exclusiva en los cauces y en la gestión hidráulica de los ríos”.

No quiere decirse que no haya que indagar en la gestión técnica y política de las alertas sobre esta DANA: es probable que haya habido descoordinación entre las administraciones y hasta, por qué no, errores de importancia en los pronósticos. Todo es posible. Tiempo habrá de dilucidar todo ello y hasta de abrir una investigación de aconsejarlo así la gravedad de los errores. Sí, todo ello sí… pero no ahora. Los reproches políticos en pleno recuento de cadáveres es una impostura y una falta de respeto. En estos momentos, es irrelevante cuál de las dos partes en litigio tiene razón o cuál tiene más razón que la otra. Lo único relevante ahora son los muertos, el dolor, la ruina de tantas familias, la urgencia de una reconstrucción que será larga y costosa. Hoy no es, todavía, la hora de la política: tiempo habrá mañana de volver a ella.

De ahí que quepa preguntar a Mazón, a Marlaska, a Feijóo aquello que la desconsolada Aibileen le preguntaba a la borde señora Holbrook: “Carlos, Fernando, Alberto, ¿no os cansáis?”. ¿Aún no habéis entendido que ‘ahora no toca’ y que para muchos, muchísimos ciudadanos resulta extenuante, además de penoso, tener que asistir a este patético espectáculo de reproches políticos en pleno duelo nacional?

Mas seamos realistas y perdamos toda esperanza. Aunque esta vez se han pasado ambos, el clima de enfrentamiento de los políticos de la izquierda y la derecha no cesará hasta que el Partido Popular regrese de nuevo al poder. El PP tuvo mal perder en 1993, volvió a tenerlo en 2004 y repitió la jugada en 2023. El clima de agresividad permanente que padecemos no se despejará hasta que Feijóo no sea presidente. Aun así, esa falta de deportividad de la derecha no puede exculpar ni exculpa a quienes desde el Gobierno o desde el Partido Socialista imitan sus maneras.