Tribuna

Óscar Arévalo Chacón, presidente de PROA

Y un día soñé

Carta abierta (y desesperada) a la Junta de Andalucía y a la Diputación Diputación Provincial de Jaén

 Y un día soñé

Olivar de la campiña norte.

Y un día soñé que nuestra tierra era próspera y floreciente.

Que mirábamos al horizonte con ilusión, mirando a los ojos al futuro, un futuro lleno de oportunidades.
Que nadie quería marcharse y que gente de fuera nos buscaba para instalarse entre nosotros.

Y un día soñé que nuestros representantes tenían ideales nobles y que los perseguían juntos.
Que gobernaban para todos, no para las minorías.
Que sólo pensaban en el bien común superior, en cómo podían contribuir a mejorar nuestras vidas y ofrecernos un futuro mejor.

Y un día soñé que nuestro Paisaje del Olivar era declarado Patrimonio de la Humanidad.
Que teníamos una marca global, célebre y valorada.
Que nuestra querida provincia era conocida y reconocida mundialmente por nuestro paisaje singular y nuestra esencia: el olivar.

Y un día soñé que este nombramiento nos distinguía, nos hacía más atractivos y competitivos.
Y venía gente de todas las partes del mundo, inversión, riqueza y bienestar.
Que mis hijos se marchaban para aprender, pero soñaban con volver a Jaén y desarrollar sus proyectos vitales en la tierra que los vio nacer.
Que nuestra noble tierra había sido bendecida.

Y un día soñé que Jaén renacía y resurgía con fuerza…, pero desperté.
Era Octubre 2024 y me di de bruces con la realidad, la nuestra, la de una tierra necesitada de ilusión, de proyectos, de sueños que ofrezcan a sus gentes un horizonte de prosperidad.
Era Octubre 2024 y nuestro Paisaje del Olivar quedó para nosotros. Sólo para nosotros.
Y nuestra proyección mundial, se quedó en proyección provincial.
Y nuestra marca global, se quedó en marca local. Indistinguible. Intrascendente.
No crecimos. Nos hicimos más pequeños.

Me desperté… y me volví a dormir para volver a soñar.