Agenda constitucional

Gerardo Ruiz-Rico

Universitarios frente a la falsa democracia israelí

Con una crueldad que recuerda a las viejas historias de la Biblia, practican el tiro al blanco y el bombardeo más despiadado contra hombres, mujeres y niños

Resulta sencillamente populista y demagógico eludir el compromiso con los valores y principios de cualquier Estado constitucional con declaraciones como las que se están haciendo por algunos partidos políticos de este país.

Digo lo anterior, movido por esas críticas que algunos –no voy a nómbralos aquí porque ni siquiera es necesario- han hecho a las primeras manifestaciones en los campus universitarios de este país, atribuyéndoles, falsamente claro, una afiliación ideológica con un –indiscutible para nadie- grupo terrorista.

Y que esto se declare públicamente como posición de partido, y repitan mecánicamente todos sus líderes, sólo para evitar la condena de un Estado que se dice “democrático”, parece que va contra cualquier sentido común humanitario, generado inevitablemente ante la matanza indiscriminada que el ejército israelí está llevando a cabo en la Franja de Gaza.



Lo que se practicó ignominiosamente contra ellos – el pueblo judío- ahora es el mismo Estado que construyeron el que lo hace contra quienes expulsaron de una tierra palestina de la que eran sus legítimos habitantes.

Con una crueldad que recuerda a las viejas historias de la Biblia, practican el tiro al blanco y el bombardeo más despiadado contra hombres, mujeres y niños, que no son terroristas por supuesto, sino las víctimas de su venganza desalmada y desproporcionada.
Que a este Estado y su máquina de matar algunos partidos de este país lo califiquen de democrático me parece inmoral por lo pronto. Además de que convendría que leyeran, los que se autoatribuyen el slogan electoral de “constitucionalistas”, el texto de cualquier constitución, para que puedan comprender que las falsas democracias están proliferando en aquellos regímenes que se limitan a convocar elecciones, con las que después pretenden justificar , de cara una galería nacional e internacional, su condición de sistemas democráticos.

Cuando una verdadera democracia, no la que es sólo una “hoja de papel” (Lasalle), se mide por sus actos en defensa de una libertad y unos derechos que son de todos, ciudadanos o no de ese Estado. Y obviamente existen razones suficientes para considerar que en este momento, y por desgracia desde hace mucho tiempo, el de Israel no es un Estado que responde a este patrón de conducta democrática.
Esto que afirmo –como universitario- no es una declaración en favor de ninguna organización terrorista, quizás es solo la compasión que me mueve y me enseñaron en un colegio católico en mi infancia (lo que me queda al menos), y debería ser la reflexión que deberían hacerse, a ellos mismos, los que forman parte de esa sociedad española que se llama cristiana.