Aurea mediocritas

Nacho García

Paralelo

El D/S paralelo no ocupa lugar (como el saber de sus integrantes), pero está por todas partes.

En todos los trabajos hay un departamento/servicio inexistente por intangible, paralelo al resto de departamentos/servicios. Este D/S “Matrix” es el sueño de cualquier trabajador desafecto y desarraigado, de esas ovejas negras o descarriadas, esas moscas cojoneras, esos profesionales díscolos o diferentes, atípicos u originales, la pesadilla de todo mandatario con ínfulas u obseso enfermizo del control. Es un D/S ignífugo a la inflamación del poder déspota e inmune a los virus de la prepotencia y la intolerancia.

            El DS paralelo es una sección al margen de los cauces oficiales, alejado de prédicas y soflamas del régimen, pero sometido a exigencias sin sentido e imposiciones extenuantes. Construido con paredes que oyen y vigilado por ojos de Sauron, está expuesto a difamaciones de chupatintas y lameculos, acusicas y chivatos infiltrados, cancerberos subyugados, estómagos agradecidos y saciados con sobras. Pero sus cimientos son de un material especial que absorbe críticas y difumina culpas, una estructura de una aleación extraña que comprende y consuela a quienes son amedrentados y sufren presiones inoculando un remedio contra chantajes y amenazas veladas.



            Este D/S paralelo no ocupa lugar (como el saber de sus integrantes), pero está por todas partes. Es la argamasa de las pequeñas cosas que importan, el refugio de los momentos inolvidables y el ágora de los sueños imposibles. Sus residentes resilientes profesan su labor de corazón y con vocación, contra viento y marea, náufragos en la isla de Utopía, trabajando mientras amaina el temporal materialista a ultranza, sordos a los cantos de sirena del controvertido capitalismo. Son personas que colaboran desinteresadamente en cuantas tareas se les encomiendan, son voluntarios infatigables cuya presencia ilumina cualquier actividad, seres inasequibles al desaliento y a la incomprensión, buenos profesionales conocedores de sus obligaciones y sabedores de su responsabilidad.

El D/S paralelo no tiene jefatura, lo cuál no quiere decir que sea ácrata o anárquico. Simplemente se rebela a lo Fuenteovejuna contra la enorme y pesada maquinaria burocrática, que necesita de un personal parasitario que oculte su incompetencia tras papeles o ejerza su opresión con la creencia de que rellenando informes y cumplimentando actas se transforma la realidad, cuando en realidad se falsea. Los miembros del D/S paralelo se alejan de papeles mojados y de la retórica oficial, centrándose en su tarea técnica, sin obsesionarse en acumular documentos y alcanzar objetivos para justificar su labor. Dedican su tiempo a cuestiones más productivas, lejos de procesos reglamentados en exceso y remisos a un sinfín de anotaciones para una posterior supervisión cada vez más judicializada, basada en un rastro de cientos de evidencias.

El D/S paralelo se rige por un paradigma humanista y sociocultural, es decir, es paralelo a la competitividad y a la lógica de mercado global, produciendo y difundiendo conocimientos y actuaciones con valor social y pertinencia. Sus miembros se centran en la responsabilidad social y en el desarrollo humano. Con esta idea, el D/S paralelo siempre tiene las puertas abiertas de par en par a toda aquella persona que quiera entrar o salir con libertad, que quiera colaborar y aprender sin limitaciones, que quiera vivir sin miedo y trabajar sin coacciones. Es flexible y versátil, siembra dudas y disipa miedos, está abierto al cambio con sentido, acoge a disidentes, apátridas y exiliados que deseen una  sociedad que conceda importancia a las personas y contribuya al bienestar común.