Si lo que buscan es que se hable de ello, pues la verdad es que lo consiguen, aunque nadie en su sano juicio podría enorgullecerse de ser conocido por su capacidad para el odio, insulto o el ultraje.
Pero ellos y ellas sí. No les molesta que les consideren fascistas o machistas. Fascistas de nuevo cuño que llegan a utilizar algo tan demócrata como la Constitución para dejar fuera de ella a quien no piensa como ellos, que somos una mayoría de casi todos los demás. Que niegan la violencia de género, ese “invento de comunistas y feministas” que están empeñados en ahogar allá donde gobiernan gracias a la mano del PP.
Curiosamente, mientras la derecha sigue escupiendo, el gobierno de Pedro Sánchez acaba de aprobar sus terceros presupuestos, los más sociales de la historia; a pesar de que la inflación sigue arreciando con dureza, el Gobierno consigue que España sea el país europeo que más freno le está poniendo a base de medidas tajantes; nuestra economía sigue creciendo, y el empleo continúa sólido, y apagando los tristes recuerdos de los contratos-basura de Rajoy, y, por si fuera poco, el tremendo “soufflé” del problema catalán, va rebajándose día a día, muy a pesar de un PP que sabe que sólo la confrontación abierta le da vida.
Y todo ello, con una terrible pandemia y una guerra de efectos mundiales de por medio. Es innegable el mérito de este Gobierno presidido por Pedro Sánchez que el facherío tilda -menuda tontería-, de bolchevique o bolivariano.
¿Qué ocurre entonces para que tengamos que aguantar un ambiente de hostilidad inusitada? Pues pasa, en pocas palabras, que los poderosos se ven amenazados, a pesar de los récords de beneficios de muchas empresas; y han puesto a trabajar a la derecha mediática, y no permiten un respiro a la derecha política en su estrategia de violencia política, fango y confrontación. Parece mentira lo poco que les importa este país cuando hay riqueza y poder real de por medio.
No es la primera vez que expreso mi admiración por Pedro Sánchez, que resiste convirtiéndose cada día en un líder incontestable, responsable y patriota, de los patriotas de verdad. Hacia buena parte de la derecha, esa derecha bestia y sin reparos, no tengo más remedio que dirigir mi repulsa, en esta ocasión por no importarle trasladar hedor allá por donde camina. Ni la historia ni este país podrán perdonarlo.
Ana Tudela
Con el alma en pieHedor
Si lo que buscan es que se hable de ello, pues la verdad es que lo consiguen, aunque nadie en su sano juicio podría enorgullecerse de ser conocido...
Foto: EXTRA JAÉN
La diputada de Vox Carla Toscano.