Con el alma en pie

Ana Tudela

La eterna contradicción

Lo del PP con los impuestos es cansinamente contradictorio, sustentando su posibilidad de éxito en que la ciudadanía en general, el electorado a fin de...

Lo del PP con los impuestos es cansinamente contradictorio, sustentando su posibilidad de éxito en que la ciudadanía en general, el electorado a fin de cuentas, tenga una muy relativa capacidad para memorizar, y pocas ganas de zambullirse en internet y conocer qué hizo en su momento el PP sobre lo que ahora promete o pide.

El mantra de la bajada de impuestos estando en la oposición, vuelve a repetirse, esta vez con Feijóo de líder. Una persona que presumía de moderada en la acción de oposición, pero que, posiblemente debido a la presión de la propia derecha, -la interna de Ayuso y su gente, y la externa de las otras derechas-, se ha ido enfangando en un mar de contradicciones y despistes que, a los pocos meses de suceder “de aquella manera” a Casado, le hace aparecer hoy como un líder inestable, poco conocedor de los asuntos, y demasiado dado a los juegos de la mala fe; algo que está haciendo retroceder al denominado “efecto Feijóo”, de una forma extremadamente veloz.

Pero vayamos a lo de los impuestos. Porque es el PP el partido con más subidas de impuestos en la historia fiscal de España, como nos recuerda “El Mundo” en algún titular; un diario que posiblemente no tenga nada de sospechoso como pro-socialista, o como anti-popular. Y es que en el primer año y medio de legislatura del PP desde que ganó las elecciones de 2011, el gobierno de Rajoy realizó 30 subidas, mediante cinco revisiones del IRPF, cuatro del Impuesto de Sociedades, dos del IVA y dos del Impuesto de Bienes Inmuebles, entre otras. En ese periodo, creó doce nuevas figuras tributarias, por cierto, ocho de ellas en ese sector eléctrico del que se siente tan cercano. Todo ello, a pesar de que en la campaña electoral previa, el PP se había hartado de prometer que no subiría los impuestos. Por si les suena.

Y es que había que salvar a los Bancos, por supuesto fuente fundamental de nuestra economía; y sería la ciudadanía, serían las familias, las que cargamos con ese proceso de salvación, y con un coste inmenso, medido en decenas de miles de millones de euros.

La nueva crisis, terrible, marcada por circunstancias como una pandemia durísima, o una guerra nacida de una invasión injusta que está llevando sus efectos a todo el mundo, está siendo gestionada por un gobierno progresista. Y las medidas que se están adoptando, en muchos casos siendo imitadas por la vieja Europa, van dirigidas fundamentalmente a ayudar a las familias, a las clases medias y trabajadoras, y también a los más vulnerables, y se exige a quien está ganando con la crisis, y a aquéllos a quienes en su momento se ayudó a costa de un empobrecimiento general, que arrimen el hombro. Que a las eléctricas y a los bancos ya les toca devolver algo de ayuda a las familias para que puedan pasar este horrible trago.

El PP no ha estado de acuerdo. Ni con esas medidas impositivas a eléctricas y a bancos, ni con un gobierno empeñado en que esta vez no paguen los de siempre. Pero, eso sí, no dejan de repetir el mantra de la bajada de impuestos, a pesar de que el propio gobierno está adoptando medidas en ese sentido. “¡Yo lo dije antes!”, repite Feijoo. Y lo dijeron antes, antes de 2011, por cierto, para hacer justo lo contrario cuando les tocó gobernar.

Las cosas no han cambiado y este Feijóo es más de lo mismo. Como para fiarse...