Con el alma en pie

Ana Tudela

Ser parte del problema o parte de la solución

El presidente del gobierno compareció el pasado martes en el Senado para intentar arrojar luz sobre las incertidumbres que nos acechan en tiempos...

El presidente del gobierno compareció el pasado martes en el Senado para intentar arrojar luz sobre las incertidumbres que nos acechan en tiempos muy difíciles. Curiosamente respondía, en un primer momento, a una petición de un Feijóo que, tal como se esperaba, no fue capaz de dar la talla de jefe de oposición a que le obligaba ese “farol“ poco consistente que se sacó de la manga, el de exigir una comparecencia en una Cámara en la que el sí pudiese responder.

Sobrepasó la línea del ridículo y Sánchez le puso frente al espejo para que toda España descubriese con una sola frase “Insolvencia, o mala fe”, su verdadera irrelevancia.

La primera parte de la comparecencia del presidente Sánchez supuso la constatación de su figura como hombre de Estado, y debe aún retumbar en el hemiciclo esa parte del discurso en la que deja claro que “mientras sea presidente del Gobierno, el Estado y todos sus recursos financieros van a estar al servicio de la ciudadanía y no al revés. Menos aún al servicio de los grandes grupos de poder y riqueza, como ocurrió en la crisis financiera de la pasada década”. Muy oportuno recordar al PP que los gobiernos de Rajoy, en la crisis financiera, no aplicaron ERTE, sino que aplicaron despidos masivos a la clase trabajadora de este país, y que lo hicieron con una contrarreforma laboral que despidió a millones de trabajadores. Y que, cuando este Gobierno aprueba con los agentes sociales una reforma laboral decidida a atajar la precariedad, lo único que saben decir es no, no y no, como llevan diciendo una y otra vez, con Casado o con Feijóo, durante toda la legislatura.

En cuanto al núcleo del debate, las medidas de ahorro energético, Pedro Sánchez dejó a la derecha sin argumentos, y recordó que el gobierno lleva semanas estudiando posibles medidas adicionales de ahorro energético y mejora de la eficiencia. Y dejó claro que esas medidas no van a ser dramáticas. Que “no va a haber apagones de electricidad, ni racionamiento de bombonas de butano, ni ninguna de esas escenas apocalípticas que se evocan a menudo desde algunos bancos del parlamento y algunos medios para tratar de meter miedo a la población.” Los ciudadanos, pues, podemos estar tranquilos, a pesar de la malintencionada estrategia de la derecha para intentar derribar al Gobierno.

Es importante dejar, negro sobre blanco, que el Gobierno ha movilizado ya más de 30.000 millones de euros para ayudar a los españoles a mitigar el incremento de los precios. Así, España es el cuarto país de la UE que proporcionalmente ha destinado más recursos de apoyo a las familias de este país. La “Excepción ibérica”, tildada injustamente por la derecha como “el timo ibérico”, ha supuesto ya ahorros de más de 2.000 millones de euros para nuestras familias y PYMES.

Frente a la pasión de la derecha por los bancos y las empresas eléctricas, Pedro Sánchez repitió que estas empresas deben arrimar el hombro y contribuir en un momento en que el país lo está pasando mal, entre otras cosas, porque parte de su éxito se lo deben a la sociedad española. Aviso a navegantes: Un responsable público no puede comportarse como un chamán ni un curandero. Y lo que nunca, jamás, debe hacer un responsable público, un líder político, es jugar con el miedo de la población.

Me quedo, sin duda alguna, con una frase que resume la labor de este gobierno en tiempos extremadamente difíciles: Cuando una persona o una nación se enfrentan a la incertidumbre debe elegir entre el miedo y la esperanza. Entre ser parte del problema o ser parte de la solución. Y es que para el gobierno está claro el camino. Elegir la esperanza y estar del lado de las soluciones. Lo contrario no tiene nombre; o sí lo tiene, se llama indignidad. Jamás entenderé a quienes, desde la política, son capaces de abrazarla.