Con perspectiva sureña

Antonia Merino

¿Hombres oprimidos por exceso de igualdad? Ya

Aún cuando trabajamos a la par, ellos ganan más (la brecha salarial de género en España es del 28,21%)

Hombres agraviados y cabreados, lo que nos faltaba. Este podría ser el sucinto resumen de la encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la percepción que tienen algunos hombres sobre la igualdad. Esta encuesta detalla que un 44,1% de los hombres cree que la promoción de la igualdad "ha llegado tan lejos" que se les está "discriminando", opinión compartida por el 32,5% de las mujeres de nuestro país. ¿Tan lejos han llegado las políticas de igualdad que ahora es el hombre el que se siente discriminando? Aún cuando trabajamos a la par, ellos ganan más (la brecha salarial de género en España es del 28,21%); carecen de obstáculos que les impidan ascender a puestos de poder (la famosa metáfora techo de cristal no les afecta del mismo modo); las tareas domésticas siguen recayendo de forma mayoritaria en las mujeres y son también ellas las que se dedican al cuidado de niños y de otras personas dependientes; por no hablar de las mujeres que han destacado en su ámbito de trabajo y que no aparecen entre las páginas de los libros de Historia, Matemáticas, Arte, Literatura o Filosofía. La encuesta del CIS nos dice además que no todos piensan igual: el porcentaje de agravios baja al 14% en el caso de los de izquierdas y sube hasta el 74% en los de derechas. Este 74% evidencia que la derecha política española tiene un serio problema con la igualdad. Lo tiene desde el momento en que es capaz de ir de la mano de partidos que abogan por dinamitar la ley de violencia de género y las políticas de igualdad. No debemos olvidar la campaña del PP y Vox contra el feminismo y especialmente contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la anterior legislatura. Un cargo señalado y cuestionado desde el principio convirtiendo a este Ministerio en el punto de mira de la artillería mediática de la derecha con el único fin de desprestigiarla a ella, a todo su equipo y, por ende, al movimiento feminista. Tampoco podemos obviar eslóganes tan repetidos como “ni machista ni feminista”, que han calado en la gente hasta llegar a confundirlos y no, son dos conceptos totalmente distintos porque el machismo lo que hace es promover la superioridad del hombre, la dominación del hombre frente a la mujer, y el feminismo lo que defiende es justamente la igualdad; la igualdad de derechos y oportunidades (entre hombres y mujeres). El feminismo no busca excluir, no rechaza al hombre ni mucho menos, simplemente visibiliza a la mujer, ese 50% de la población sistemáticamente ignorado durante siglos. Lo que sí ha llegado demasiado lejos es el drama de la violencia machista: el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 53 en 2023 y a 1.238 desde 2003. Esa es la lacra. Y el resultado de una opresión histórica a la mujer.