Con perspectiva sureña

Antonia Merino

La locomotora Moreno Bonilla

La locomotora de Moreno Bonilla se parece al tranvía de Jaén, ni está, ni se espera que esté

El mantra del presidente de la Junta de Andalucía, Juan M. Moreno Bonilla, de convertir a nuestra comunidad en la “gran locomotora económica de España” ha quedado en un simple ejercicio de publicidad y propaganda política. Coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, celebrado el pasado 17 de octubre, la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ANDALUCÍA) ha presentado su decimotercer informe “El Estado de la Pobreza en Andalucía. Seguimiento de los indicadores de la Agenda 2030 UE 2015 – 2022”. El citado informe nos vuelve a situar entre las tres regiones con las cifras más desorbitadas. Más de 3 millones de andaluces se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, es decir, un 35,8% de la población no ve por ningún lado el tan “cacareado” milagro económico de Moreno Bonilla. Los datos son tozudos y no dejan de mostrar una realidad demoledora, que contradice los discursos triunfalistas del Palacio de San Telmo. Por si fuera poco, diez de los 15 barrios españoles con menor renta por habitante son andaluces, seis de los municipios con menor esperanza de vida y 12 de los que tienen mayor tasa de paro. Y algunos pensaran ¿y qué? Si la medida estrella del Gobierno andaluz ha sido una concesión fiscal a los más ricos. Todo lo demás, el desastre en la sanidad, educación, empleo, bono joven, Doñana... es culpa de problemas técnicos o forma parte de la herencia recibida. Lo cierto es que la propaganda no puede maquillar unas cifras que nos siguen situando a la cola del país en porcentajes de población con grandes carencias y en situación de exclusión. Las bajadas del impuesto de sucesiones y donaciones, del de transmisiones patrimoniales o las deducciones del IRPF en el tramo autonómico, aprobadas por el Ejecutivo a bombo y platillo, apenas han hecho variar ese porcentaje de población que chapotea entre la nada y la miseria. Seguimos perdiendo la batalla contra la pobreza, que sigue campando a sus anchas. Otra cosa es la justicia social, medidas que estimulen la igualdad de oportunidades, una educación pública de calidad que permita la movilidad social o un sistema sanitario igual para todos. De eso no hay nada. La locomotora de Moreno Bonilla se parece al tranvía de Jaén, ni está, ni se espera que esté.