Con perspectiva sureña

Antonia Merino

Proceso de deshumanización

Según Save the Children cada 15 minutos un niño palestino es asesinado por las bombas del ejército israelí

Malditas las guerras y malditos quienes las promueven. Malditos quienes las justifican  y malditos los que mercadean con ellas. Malditos quienes identifican defender al pueblo gazatí con el terrorismo de Hamás, responsable de la matanza (brutal y salvaje) de cientos de personas y la toma de otras tantas como rehenes en el kibutz de Kfar Aza (Israel), asentamiento judío situado a 2 kilómetros de la Franja de Gaza (Palestina). El baño de sangre en Gaza como respuesta al atentado de Hamás carece de justificación alguna. No hay excusa ni coartada para perpetrar una masacre colectiva, despiadada y criminal por parte de un Estado que dice ser democrático, pero que lleva décadas destruyendo indiscriminadamente viviendas y medios de subsistencia, reprimiendo de manera violenta y sistemáticamente protestas y manifestaciones y asesinando de manera periódica en los territorios ocupados (Gaza y Cisjordania). Resulta imposible comulgar con la barbarie del Gobierno israelí de Benjamin Netanhayu, arropado por partidos de extrema derecha supremacista y ultraortodoxos, y su obsceno desprecio por la vida de los palestinos normalizando que hay personas que valen menos. Mucho menos. Las imágenes que llegan estos días desde la Franja de Gaza nos arrancan de cuajo el alma. Israel está atacando de manera feroz a una población civil sin techo, sin agua, sin alimentos, sin cura, sin salida. Da lo mismo escuelas que hospitales, viviendas… bombardean todo sin importar las consecuencias. Esa salvajada se ha cebado de manera monstruosa sobre la población infantil. Menores con la mirada perdida mientras un desesperado médico trata de curar las heridas; menores aferrados a un árbol paralizados por el miedo a las bombas; menores en estado de shock que preguntan si siguen vivos porque no saben ni siquiera dónde están, menores que reclaman llorando el consuelo de una madre que ya no volverán a ver, menores (bebés) que yacen sin vida, aferrados al cuerpo de sus padres o hermanos, en una morgue improvisada porque no dan abasto a enterrar sus menudos cuerpos (desde que comenzó esta masacre han sido asesinados 5.800 palestinos, incluidos 2.360 niños) ¿Cuántos niños y niñas más está dispuesto a matar Israel? Palestina, un pueblo al que la comunidad internacional le viene dando la espalda frente al asedio constante del Estado de Israel, está recibiendo un trato inhumano y cruel de quienes dicen ser adalides de la democracia y el Estado de derecho. Gaza es, desde hace años, una jaula humana; una cárcel a cielo abierto para facilitar aún más si cabe el bombardeo de uno de los ejércitos más eficaces del mundo, no en vano cuenta con una financiación anual de 3.300 millones de dólares y otros 500 millones destinados a la tecnología de defensa de misiles. Lo sucedido el 7 de octubre es un enfrentamiento más que responde a décadas de ocupación, opresión y apartheid. 75 años de violencia extrema que está dejando tras de sí un reguero de víctimas, años de injusticias que alimentan el odio, dan alas a los radicales y liquidan cualquier atisbo de esperanza. Y frente a esta masacre, el silencio de Occidente es atronador e insoportable; está permitiendo la limpieza étnica, la vulneración de las leyes del derecho internacional humanitario y consintiendo uno de los mayores genocidios del siglo XXI. La impunidad con la que actúa el Gobierno de Israel es la que le ha dispensado EEUU, su principal mentor, y la Unión Europea, que a pesar de sufrir en su territorio la peor de las guerras, tolera un nuevo holocausto, y está vez, bajo su complicidad. La ironía de este conflicto es que el holocausto se ha convertido en la principal arma de Netanyahu para aplastar al pueblo de Palestina, hoy convertido en un gran campo de exterminio. ¿Hasta dónde puede llegar la violencia del ser humano contra el ser humano cuando se pone en marcha un proceso de deshumanización, cuando se considera que el contrario no merece vivir sólo por el hecho de existir?

Datos
*Según Save the Children cada 15 minutos un niño palestino es asesinado por las bombas del ejército israelí.



*Asesinados 38 miembros de la UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados y refugiadas de Palestina.

*Asesinados 23 periodistas, según la cuenta oficial de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras (RSF)

*Israel y Palestina: ¿cómo y cuándo comenzó el conflicto?: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/israel-palestina-como-cuando-comenzo-conflicto_20332