Con perspectiva sureña

Antonia Merino

Sin escuela pública no hay igualdad de oportunidades

Hay un discurso que disfraza una realidad que encubre numerosos casos de desigualdades de índole económica

Padres y madres del Colegio Público Alfredo Cazabán (Jaén) y del Juan Pasquau (Úbeda) se manifestaban este martes a las puertas de la delegación provincial de Educación de la Junta de Andalucía por el cierre de aulas en ambos centros. En los últimos años el período de escolarización en nuestra comunidad suele ir acompañado de denuncias y protestas por parte de sindicatos y AMPAS que acusan al Gobierno de Moreno Bonilla de ir eliminando gradualmente unidades en la educación pública. La excusa, ahora y antes, es siempre la misma: la bajada de la natalidad. Sin embargo, sus tijeras rara vez rozan las aulas de las escuelas concertadas (privada financiada con dinero público). Éstas mantienen sus unidades intactas frente a los centros públicos, los más perjudicados por decisiones arbitrarias. Decisiones que siempre afectan a los mismos, a las familias que optan por la enseñanza pública y que benefician a la privada a costa del deterioro y el desprestigio de la pública, identificándola como el destino de los menos preparados o de los menos capaces. Este estigma hace que muchos padres a la hora de elegir colegio piensen con qué niños se va a mezclar su hijo, y que el resto solo es importante una vez que queda resuelto lo principal: que sus hijos no van a compartir pupitre con niños pobres, con niños de etnia gitana, con hijos de inmigrantes o con chavales problemáticos. Y con ese estigma juega la administración andaluza bajo la excusa de dar plena libertad de elección de escuela a los padres. Sin embargo, este discurso disfraza una realidad que encubre numerosos casos de desigualdades de índole económica. Este es el patrón que sigue a pie juntillas el gobierno andaluz, el mismo que practica su partido allá donde gobierna. Desde que llegó Moreno Bonilla a la Junta existe una clara tendencia a tratar con especial esmero y cariño a la enseñanza privada con unas inversiones que no han dejado de crecer, mientras recorta la oferta educativa de la pública. Una política que no es inocente. Ni improvisada. En aras de una supuesta libertad, Moreno Bonilla va camino de desmantelar uno de los mejores inventos de nuestra sociedad: una Escuela Pública de calidad, sin ánimo de lucro, que ofrece a todos, sean quienes sean, igualdad de oportunidades.