Casi siempre acierta el refrán ese de "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces". Sin ir más lejos, el otro día, viendo un adelanto del documental que le han hecho a Omar Montes y que se llama "El principito", todo me rechinaba. Por un lado, no paraba de soltar que él es muy humilde, que se ha criado sobreviviendo en un barrio pobre y ahí sigue, que no ha cambiado, que continúa con sus mismos amigos... Pero, justo después, no tiene reparos en decir que el chándal que lleva cuesta 14.000 euros porque no soporta nada que no sea de puro algodón y, a continuación, pese a que siempre está en televisión, a que ha sido concursante de todos los reality-shows, a que, además, va a ser jurado de un concurso de niños cantantes y a que su promoción publicitaria es muy superior a la de cualquier otro artista, tiene la cara de quejarse porque nadie le ayuda siendo, en la actualidad, el que más vende de todos. Esgrime que, en otros países, cuando un cantante lanza un gran hit, los otros famosos se juntan con él para hacer un remix del tema y dar un pelotazo internacional. Sin embargo, dice el pobre Omar, que a él todavía no le ha llamado Rosalía o (atención) Alejandro Sanz. Vamos a ver, chico humilde, ¿cómo te va a llamar Alejandro Sanz para hacer un dueto de uno de tus reguetones si tú no sabes ni componer ni cantar? Luego volvió a lo de su humildad y se puso a arreglar el mundo pero yo no pude soportar más y desconecté.
"Fix yourself, not the world" ("Arréglate a ti mismo, no al mundo") es el título del nuevo álbum que saldrá mañana viernes 14 de enero de los ingleses "The Wombats". Se trata de su quinto larga duración, un disco que da sentido a esa evolución sostenida que este trío lleva apuntando en los últimos años: un indie rock que va desde el post punk al pop pasando por el new wave y deteniéndose, en varias ocasiones, en el dance más alternativo. Sin "trapear" ni "reguetonear", la banda británica ha conseguido llegar a las generaciones más jóvenes gracias, eso sí, a que varias de sus canciones, sobre todo su "Greek tragedy", se han hecho virales en "tiktok". Por este motivo, junto con el lanzamiento del álbum, The Wombats prepara una gira de seis meses por Reino Unido, Europa, Estados Unidos y Australia que ya se augura muy exitosa en cuanto a afluencia de público.
Este nuevo LP comienza con el lirismo inteligente y pegadizo de "Flip me upside down" y de sus doce temas podemos destacar un rotundo rock de distorsión sólida a lo "Blur" en "Ready for the High", un medio tiempo melódico con un sorprendente cambio en el último tercio a un atractivo post punk en "Method to the madness" o "Everything I love is going to die". Una canción que, aunque huele a hilo musical de centro comercial y os sonará muy retro con aires entre " The Communards" y "Pet Shop Boys", estoy seguro que os va a encantar.
Todo esto es posible gracias a unos arreglos instrumentales muy genuinos, a una base rítmica propulsora con Tord Overland Knudson al bajo y Dan Haggis a la batería, a la naturalidad con la que su líder Matthew Murphy usa el falsete, a la capacidad transformadora de todas sus canciones que parecen compuestas por segmentos y a unas letras muy cuidadas e ingeniosas a pesar de que, la mayoría de las veces, la lengua de Shakespeare pierde en contenido frente a la de Cervantes dentro del mundo pop-rock. Así pues, este trabajo elaborado e inspirado llamado "Fix yourself, not the world" es muy de agradecer por alguien como yo que sabe apreciar la originalidad y la autenticidad en la música y que conserva una alta vocación poética y literaria. ¡Vaya! Se me olvidaba que, ya sabéis, casi siempre acierta el refrán ese de "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces".