El bar de la esquina

Antonio Reyes

Subvencionados

Nuestro cine sufre ataques continuos desde hace años, no sé si desde que levantaron la voz contra la guerra de Irak o cada vez que defienden lo público

 Subvencionados

Foto: EXTRA JAÉN

Muestra de cine inédito.

Se celebra estos días en Jaén una nueva cita con el Cine Español Inédito, algo que para los aficionados al celuloide es una gran oportunidad para disfrutar de las películas que normalmente no están dentro del circuito habitual de salas, encaprichadas más en los títulos de Hollywood o en las películas españolas que logran un importante éxito de premios y taquilla.

El pasado domingo hubo una interesante charla donde varias actrices con una dilatada carrera conversaban sobre el panorama de nuestro cine ante una abarrotada sala, lo que demuestra el interés de la ciudadanía en este tipo de eventos. Además, cada vez que se proyecta una película y asiste el director o alguien del reparto, cuentan también con el respaldo de nuestro público. Esto viene a corroborar que Jaén es tierra de cine español desde siempre. Además, y creo que con buen acierto, estas proyecciones se reparten por diferentes localidades de la provincia, que no todo va a ser la capital.

En el mundo de la gran pantalla patria se sabe que la visita a Jaén es algo obligado cuando de promoción se trata, porque aquí la gente responde a la necesidad de ver y escuchar de primera mano el porqué de la gestación de algunas películas.

Pero como ocurre siempre que se habla de cine español, vienen a cacarear los que nunca faltan a su cita con las redes sociales, esas voces jaeneras (representación fiable de otras miles de todo el país) que seguramente no se han parado jamás a ver una película como de verdad se merece. «Subvencionados», «vividores de lo público», «el cine español es una mierda» y demás hermosuras, es su única aportación intelectual. Sí, yo también he pensado muchas cosicas bonicas que decirles al leer estas lindezas, pero aquí no las voy a escribir. No es nada nuevo que este gallinero se levante en armas sin tener ni idea de lo que dice, pero es que son los de siempre, los que dicen lo mismo en otros foros sobre el tema que sea, los que ni saben de cine ni quieren saber porque, para ellos, el mundo del cine español es rojo y subvencionado y punto, ni media más. Igual piensan que los actores y actrices españolas viven en mansiones, viajan en yets privados y esas cosas. Lo que viene a ser no tener ni pajolera idea de nada y encima querer demostrar lo contrario.

Nuestro cine vive un momento en el que muchas películas, actores y actrices cosechan premios en otros países porque sus trabajos lo merecen. Un magnífico ejemplo es Sofía Otero, que con solo nueve años de edad ha logrado el Oso de Plata en Berlín por su papel en «20.000 especies de abejas», donde da vida a un niño trans. Anda, mira: una niña que hace de niño y encima trans. Los rojos son una fábrica de depravados. Seguro que esto es gasolina para esos que tanto saben de cine y se despellejan en las redes contra los subvencionados.

En Jaén no somos menos y tenemos ejemplos de «subvencionados» con un gran recorrido a sus espaldas. Para hacer patria chica, las nominaciones de Amada Santos, Pedro Lendínez y Sito Ortega a los premios Lorca de las Artes Escénicas de Andalucía, los varios premios cosechados por Carlos Aceituno, Cristina Mediero y Juan Antonio Anguita por sus trabajos, muchos de ellos fuera de nuestras fronteras. Gente de provincias que saben lo que es hacer un buen trabajo con muchas dificultades y que seguramente tienen muchas cosas que decirles a esos renegados del cine español. Pero la clase va por barrios, por eso prefieren callar y seguir regalándonos arte.

Menos mal que el sentido común y los amantes del cine viajan en otro vagón sin prestar atención a esta panda de iluminados sin darle más importancia que la que tienen: cero. Basta con asomarse un instante al universo de nuestro cine para comprobar que quienes trabajan ahí dentro son personas normales con facturas que pagar. Eso sí. Lo que no compartirán jamás con gente tan obtusa es la visión del mundo que tienen. Porque nuestros creadores audiovisuales tienen algo especial que los demás ignoramos, que no es más que una sensibilidad especial para mostrarnos el mundo tal y como es, abrumarnos con la creación e interpretación de personajes reales o inventados capaces de revolvernos el alma. Mira tú por dónde, algo que esos haters profesionales no sabrán hacer en la vida.

Nuestro cine sufre ataques continuos desde hace años, no sé si desde que levantaron la voz contra la guerra de Irak o cada vez que defienden lo público ante el atraco de las grandes empresas que quieren lo de todos para el beneficio solo de unos pocos. El caso es que caló hondo el mensaje ultra de que viven de subvenciones. Es lo que tiene la ignorancia, que solo les da para rebuznar en lugar de prestarle atención a la cultura que se crea, ya sea con grandes productoras e importantes nombres de la escena o en una tierra como Jaén, donde realizar una película o un corto cuesta sangre, sudor y lágrimas. Pero ellos qué van a saber, si a lo máximo que llegan es a hacerse oír con berridos paletos de quienes no ven más allá de su ignorancia.