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Pepe Fernández

Spiriman, condenado a pagar sus insultos a Susana Díaz

El Supremo ha dado la razón a Susana Díaz ratificando la condena previa por injurias al médico Jesús Candel Fábregas. Era previsible...

 Spiriman, condenado a pagar sus insultos a Susana Díaz

Foto: EXTRA JAÉN

Spiriman.

El Supremo ha dado la razón a Susana Díaz ratificando la condena previa por injurias al médico Jesús Candel Fábregas. Era previsible.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado una condena de 11.480 euros por injurias contra Susana Díaz y quien fuera su viceconsejero de Salud, Martín Blanco.

La Sala considera que los insultos "por más que la defensa pretenda degradar su valor enfatizando su dimensión reivindicativa, no tienen amparo en el ejercicio legítimo a la libertad de expresión".

"En efecto - dice el texto judicial del que ha sido ponente el magistrado Manuel Marchena- algunos de los vocablos vertidos por el acusado ("hija de puta", "sinvergüenza", "cabrona", "lameculos"), puestos en conexión con otras expresiones hechas valer en los mismos vídeos que eran utilizados como vehículo para la difusión en redes de los mensajes críticos con la labor de gobierno de los denunciantes, impiden relativizar su alcance a lo que podrían considerarse expresiones coloquiales o propias de una forma singular de hablar"

Una condena ratificada al más alto nivel judicial mientras solo quedan en el recuerdo los rescoldos de una vieja y masiva lucha social de hace más de un lustro y de la que casi no se acordará Candel, centrado ahora en la gran batalla de su vida, un cáncer de pulmón de cuya jodida evolución él mismo viene dando cuenta en sus redes sociales donde tiene decenas de miles de seguidores. Es oportuno desearle todo el ánimo y mucha fuerza en la lucha que mantiene ejemplarmente contra esa terrible enfermedad y de la que tenemos constancia a diario porque está siendo contada por él mismo en tiempo real.

Los «Calentones de boca» de Candel

Al final han tenido razón los amigos (y enemigos) del médico granadino, conocido en las redes sociales como 'Spiriman', que durante meses le alertaron que el camino del insulto y la injuria contra el adversario que había emprendido no era el más idóneo, ni beneficioso para la causa por la que miles de usuarios de la sanidad pública lucharon durante el final del reinado de Susana Díaz en la Junta.

«A él nunca le gustó que le discutiesen su criterio de actuación» cuentan quienes se fueron alejando de su entorno considerándole un 'pequeño dictador' en palabras de un abogado con el que tuvo una breve relación de meses.

En mi primer artículo sobre el personaje en 2017 escribí esto que no gustó precisamente a sus leales porque fue de los primeros avisos sobre las formas y el lenguaje adoptado:

«Y ha sido en esta segunda fase donde creo que Spiriman se ha equivocado gravemente por culpa del hombre que lo encarna, fundamentalmente en su estrategia de comunicación y denuncia. Mucha gente entendió en la primera ofensiva que los "calentamientos de boca" de Jesús Candel estaban más o menos justificados ya que, con nombres y apellidos, hacía desfilar a los verdaderos responsables políticos del nuevo sistema hospitalario a implantar. Muchos pensaron que esas críticas tan aceradas, a veces irónicas y siempre duras les entraban en el sueldo de sus cargos políticos».

Pero no todo vale

Como se ha visto en esta ocasión, no todo es admisible a cambio de un empleo público y menos ser objeto de calumnias o injurias.

Candel nunca hizo caso a los consejos o sugerencias que le llegaban; había llegado a la conclusión a la hora de fabricar sus mensajes como 'personaje', que sus denuncias sobre situaciones de deficiencias graves en el sistema sanitario andaluz tenían que ir acompañadas de mucha sal gorda, con descalificaciones, insultos (injurias) e incluso pedorretas, que todo eso llamaba mucho la atención y movilizaba al personal al que, por otra parte, no hacía falta tocarle las palmas para que empezara a bailar. Especialmente corrosivo contra los políticos socialistas a los que- estaba convencido Candel- se les podía llamar lo peor de lo peor sin que pasase absolutamente nada. La abundante jurisprudencia existente sobre la importancia constitucional de la libertad de expresión, especialmente referida a la exposición de quienes ejercen algún tipo de responsabilidad pública, condujo al Dr. Candel y a quienes le asesoraban a creerse que todo el monte era orégano. Fue cuando, en pleno éxito de las concentraciones populares, subió el diapasón de los insultos contra los responsables políticos socialistas de la Junta, contra Susana Díaz en particular y su equipo de la consejería de Salud, especialmente contra su viceconsejero Martin Blanco y el consejero Aquilino Alonso que fue quien acabó pagando con su cese las facturas de las 'spirinadas' de los años 17 y 18. Tensión, mucha tensión se vivió entonces en el PSOE-A que miraba hacia San Telmo preguntando ¿a ver qué hacéis ante tanto daño causado si tiene razón la gente que se manifiesta? Susana Díaz acabó reconociendo los errores al cesar al consejero Aquilino Alonso y paralizando las fusiones. La otra respuesta fue más silenciosa, ir a por la cabeza de la rebelión, Spiriman, y sentarlo ante los tribunales de Justicia.

Arreciaron los ataques contra él por tierra, mar, aire y también por el Colegio de Médicos de Granada que acabó expedientándolo durante un mes. La resolución del ente colegial reconocía que el móvil de Candel es "la defensa de la sanidad pública y del paciente", pero también dijeron que existen “otros procedimientos internos para poder mejorar la sanidad, sin necesidad de proferir insultos en las redes sociales a otros colegiados».

Amenazando con querellas

Existe una regla no escrita que los viejos periodistas acabamos aprendiendo con el paso del tiempo. A lo largo de nuestras vidas profesionales hemos sido testigos de enormes trifulcas entre políticos, con peleas y acusaciones trufadas de insultos fuertes que siempre acababan de la misma manera, con la consiguiente muletilla de «mis abogados están estudiando entablar las posibles acciones judiciales» y bla bla bla. Es decir, con esa frase salían al paso del apuro que les habían creado, desmentían lo que fuese para que quedase constancia en las hemerotecas y decían que ponían a trabajar a sus letrados, aunque fuera en agosto, daba igual. Un mínimo seguimiento posterior de la mayoría de las amenazas de querellas resultaban ser falsas alarmas, fakes de políticos bajo sospecha, postureo para recomponer la figura y pare Ud de contar, señal inequívoca de que el daño causado por la verborrea del adversario no es siempre irreparable en el ejercicio de la política. O lo que es lo mismo, no ofende quién quiere sino quién puede. Desde luego el campeón en el anuncio de querellas en Andalucía (no presentadas) sigue siendo a día de hoy Javier Arenas.

Ahora bien, cuando la querella no se anuncia y se presenta en el Juzgado de Guardia directamente, nos daba pista de dos cosas: que el daño supuestamente causado ha sido considerable y que el denunciante está más cabreado que una mona.

El tiempo transcurrido y lo sucedido en términos políticos y electorales en Andalucía desde entonces, efectivamente, han venido a confirmar que aquellas movilizaciones populares convocadas por un 'enloquecido' Spiriman, megáfono en mano, causaron un enorme daño político y electoral al PSOE y, en especial a Susana quien no fue capaz de revalidar la Junta por tener demasiada ambición y prisas adelantando las autonómicas a diciembre de 2018. Susana Díaz, no obstante, ha peleado por su buen nombre y su honor hasta hoy mismo en el Supremo, -«no todo vale en política» había dicho- logrando su ansiada victoria jurídica ( y moral) sobre el malvado Spiriman. Una preocupación menos de la Senadora autonómica.

Un líder apolítico de la sociedad civil

El médico granadino, con grandes dotes para transmitir, comunicar e interpretar, se convirtió en poco tiempo a mediados de la segunda década en una especie de héroe popular que era capaz de canalizar las inquietudes de miles de usuarios descontentos con la sanidad pública andaluza, la que Susana Díaz denominaba machaconamente «joya de la corona». La chispa de estas movilizaciones fueron causadas por el sinsentido gubernamental de querer fusionar dos hospitales en Granada.

Junto a todo lo anterior, de la figura del popular médico atrajo especialmente su confesada equidistancia política y también su discurso claro y rotundo contra la corrupción. Decía que quería permanecer lejos de los partidos que, según contó en alguna ocasión, le habían ofrecido afiliarse y colocarse, algo que él siempre dijo que rechazó. Spiriman, de cara a la calle, era un tipo en quien confiar porque 'ni es ni está con ningún partido'. A la hora de expresarse en sus largas e incendiarias arengas en Youtube, Spiriman no hacía más que trasladar lo que la gente decía en las calles o en las salas de espera de la sanidad andaluza, incluidas en muchos casos expresiones que, penalmente están tipificadas como delito y que en términos políticos se las define como insultos o como patadas en el bajovientre.

El amigo Juan Manuel

Lo que no se sabía era que el hoy presidente Juanma Moreno, entonces aspirante conocido como Juan Manuel Moreno Bonilla, mantenía una línea caliente, directa, privada y donde desplegaba una gran complicidad con Jesús Candel a propósito de las movilizaciones populares que éste convocaba en Granada, Huelva, Jaén o Sevilla, con Susana acorralada en San Telmo y al borde de un ataque de nervios.

Efectivamente al final se acabó sabiendo todo sobre esa desconocida relación y con bastantes detalles a raíz del repentino cabreo de Candel generado tras el inexplicado cese de dos asesores - 'comando antifraude' se les llamó- fichados para el gabinete de la consejera de Empleo, Rocio Blanco de Ciudadanos, el partido que según Juan Marín era el espadón contra la corrupción, ambos cesados eran de la absoluta confianza de Spiriman. Se trata de los funcionarios Luis Escribano y Antonio Barreda -miembros de la 'Asociación Justicia por la Sanidad’ fundada por Candel-, equipo de asesores anticorrupción al que se iba a incorporar el funcionario de policía de Málaga que destapó la Operación Edu sobre los cursos de Formación. El policía no llegó a incorporarse al quedar desactivado días antes el citado equipo antifraude. Escribano y Barreda han dado amplia cuenta de lo que vieron y vivieron en aquel corto periodo de tiempo de tres semanas y pico en la consejería de Empleo a través de habituales artículos publicados en el digital El Libre, vinculado a la Asociación.

El texto que se reproduce a continuación es de un mensaje de wasap de la entonces viceconsejera Isabel Balbín donde resume bien el escenario político y clima en una consejería en teoría de color naranja.

“Mi cese en la Consejería se decidió en febrero igual que el de Miguel Guijarro o los tres del comando antifraude, el tercero no llegó y era el más importante. Todo por “las enormes presiones que estoy recibiendo” (palabras textuales de la Consejera). Empleo es hoy una Consejería dirigida por el PP , del mismo modo que Igualdad lo es por el PSOE».

PP y PSOE no quisieron investigar Formación

Quedó claro que había sido el PP (Elias Bendodo) y no Ciudadanos quienes habían frenado lo del comando antifraude en Empleo. Y esta confirmación de la Sra Balbín nos conduce irremediablemente a lo manifestado públicamente por la Juez instructora Mercedes Alaya sobre la existencia de un pacto PP-PSOE para no investigar la corrupción en el escandalazo de los cursos de Formación, bastante distinto y con muchos más millones que en los Eres, porque quienes cobraban y se beneficiaban de los fondos de formación en Edu no eran precisamente ni tiesos ni parados. Al respecto de ese supuesto pacto esto fue lo que le contó en su día Alaya a la periodista de ABC Maria Jesús Pereira:

«¡Cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que todo fue un burdo engaño porque tanto los vocales del PP como los del PSOE en el CGPJ votaron unánimemente, con el informe favorable del TSJA, para que yo no siguiera con la investigación de dichos procedimientos! En mi opinión, mi salida de las macrocausas no fue provocada por el tema de los ERE, porque la pieza principal estaba íntegramente instruida, así como muchísimas ayudas sociolaborales a empresas y respecto de la llamada pieza política ya poco se podía hacer más. La causa real de la denegación de la comisión de servicios fue, desde mi punto de vista, el miedo que había a que siguiera investigando el caso de los cursos de formación porque habíamos visto ya cosas asombrosas».

Mensajes de Juan Manuel Moreno a Spiriman

El inesperado cese, después de tres semanas y media de ser nombrados quienes fueron llamados por 'el gobierno del cambio' para tirar de la manta en los expedientes de la consejería matriz de los Eres, Empleo, provocó las iras de Candel que se sintió engañado por su viejo amigo cómplice Juanma y no dudó en hacer públicos los mensajes que le había enviados vía Wasap el presidente nacido por carambola el 2 de diciembre de 2018. Estos son algunos de los mensajes enviados por el entonces jefe de la oposición a Candel y que éste dio a conocer a la opinión pública.



-“Por cierto, Jesús. Cuando quieras nos vemos en público o en privado. Y hablar de tus propuestas para la Sanidad pública andaluza”



-“Hola Jesús, te he llamado hace un ratito para charlar contigo. Enhorabuena una vez más. Granada saliendo a la calle para pedir lo que le corresponde”.



-“No te llamo porque sé qué estás con la movilización en Jaén. Ese periodista no es del PP. De todos modos vamos a hablar con periodistas de Madrid. La potente máquina del PSOE está intoxicando en Madrid diciendo que eres de Podemos y un radical”



-“Enhorabuena le has doblado el brazo a Susana Díaz. Esta semana tiene comparecencia el Consejero (Aquilino). Le vamos a dar”



-“Enhorabuena. Le has ganado el pulso a SD. Están muy tocados. La presión le ha hecho mella y ella no quiere más mala imagen para su candidatura. Un abrazo y ya sabes que cuentas con nuestro apoyo”.



Estos mensajes desde luego no demuestran que Juanma y el PP estuviesen en la organización de las movilizaciones por la Sanidad en Andalucía, pero sí revelan una complicidad política con lo que se desarrollaba en las calles que, dadas las circunstancias, resulta altamente sospechosa.

La propia personalidad de Jesús Candel, su forma de conducirse como líder de la sociedad civil, han hecho realidad en este caso aquello de que «Jesús Candel ha sido el peor enemigo de Spiriman» o viceversa. Pasaron los meses y la rectificación tardía del gobierno socialista redujo la tensión social de manera considerable. El médico de Urgencias granadino optó tan pronto sonaron los clarines electorales por convertirse en ariete exclusivo contra Susana Díaz y su partido. Se lo rifaban los de las TDT Party y los medios no gubernamentales. Siguió dando cornadas y también le tocó a algunos periodistas que no escribían a su gusto porque todos los periodistas estábamos vendidos a los bitcoins de Susana. Y en este contexto habría que situar la aparición en escena de Juanma Moreno y el PP andaluz que, según fuentes del entorno de Spiriman, no se limitaron solo a mensajes de wasap.

Moralejas que nos deja el caso

Que el Dr. Candel haya sido sentenciado por el Tribunal Supremo, no debiera servir para echar por tierra las dos moralejas que nos deja este periodo de lucha social en Andalucia que él, guste o no, con aciertos y errores ha liderado. La primera la demostración, una vez más, de la fuerza real frente al poder que tenemos los ciudadanos con el mero hecho de salir pacíficamente a la calle y solo levantar el tono de voz. Sobre todo cuando se tiene la razón. No se trata de acudir a votar cada cuatro años para cambiar el curso de las cosas que nos importan, a los sufridos contribuyentes nos quedan otras vías para oponernos puntualmente a una gestión errónea o corrupta de nuestros servicios públicos.

La segunda lección que nos deja es que la decisión del Supremo pone coto a una dialéctica del insulto injurioso en la política que, de tanto practicarse, la sociedad parece asimilar con pasmosa naturalidad, como si todo formase parte de un reality televisivo más. Y seguramente también porque los ofendidos, en general, no recurren a la carísima Justicia española para limpiar su honor manchado, denuncias que en la mayoría de los casos quedan desestimadas mucho tiempo después por colisión de los derechos al honor y a la libertad de expresión.

Susana ha dispuesto de los medios suficientes como para batallar hasta el Supremo y ha logrado doblarle el pulso a quien le dio muchos quebraderos de cabeza siendo presidenta de la Junta. Para muchos hoy una pírrica victoria. Aunque el mayor de todos no se lo dio Candel pero contribuyó bastante y fue perder el Psoe-A el gobierno de la Junta en favor de un tripartito de derechas.