Me suda la Polca

Jesús Calamidad

Del frío glacial al ardor volcánico

Podéis comeos a vuestros amigos siempre y cuando luzcan como un anuncio de Benetton de los noventa, si no, todos machirulos

¡Tschh, perdona! ¡Mira que te cuente una cosilla!

El otro día, con más frío en la calle que vareando en calzoncillos, me quedé tan agustico en la casica, muy calentico. Un hombre es un rey en su casa y ordena y manda. Así que:



–      Alexa, fiel y devota esclava, abre el Nensfliss en la tele grande, la del salón, la señorial.

–      Lo siento, no te he entendido. ¿Puedes repetirlo?

–      Alexa, que abras el Nesfrisx in the Saloon.

–      Reproduciendo “Next Exit” de “Interpol”.

–      ...déjalo, ya me levanto yo, bonica. Tú a lo tuyo... La copla no está mal... Venga, me levanto.

Y venga a darle vueltas al catálogo y venga otra vuelta más. Y, “ya la he visto y además solo está en latino” y “sale Meg Ryan... parece de ensayo” y ”no, por dios, Almodóvar” y “coño, otra vez Adam Sandler, no” y ”guarreo hoy, nada de nada” y... ¡Hosti!, ¿y ésta? La sociedad de la nieve.

Vaya que si está bien la peli, muy bien. Puedes mascar el frío, te lo juro, tienes que ponerte las pantuflas, taparte con la mantica y meterte la mano en la huevada porque es que se siente el gélido frío andino.

Yo no tengo ni puta idea de cine, no me preguntes lo que es un plano americano porque te saco la planta del One World Trade Center acotada. Perdón, todavía está fresco todo eso como para ésto, ¿no? Me disculpo. Lo cierto es que no tengo ni puta idea de cine.

Sí, en la carrera estudié asignaturas de cine y fotografía, historia de las artes visuales, etc... y una vez cogí una cámara de vídeo, lo juro por rock. Pero como en mi carrera se aprende lo mismo que en la Carrera, a sentarse en terrazas y andar para arriba y abajo y que te vean y a hacer chominás, pues no tengo ni puta idea de cine. Por lo tanto es solo mi opinión, la película está de puta madre.

Cuando acabó me quedé con ganas de más movida y me metí en el gloglgees; no, el gogleh; no, el gugle, para ver las críticas y las opiniones y las movidas. Y no sabré de cine pero todo el mundo decía que estaba de puta madre, coincidían conmigo, y más cosas técnicas con las que asentí levantando la ceja con los brazos cruzados sobre el pecho y muy serio para dejar claro que lo entendía todo y que era justo lo que yo pensaba, ¡coño ya, claro que sí! Pero un par de esas críticas me dejaron con el culo torcido. Un par de críticas de medios muy específicos a los que llego porque soy un enteraíllo carreteras y, cuando ya llevo un par de birras, me gusta a mí lo de meterme en camisas de once varas.

Partamos de la base de que me importa un bledo lo que haga la peña mientras no me haga sangrar, me cause fracturas, daños internos o me impida respirar o si implica hacer reformas encima de mi piso. Cada perrico que se lama su cipotico. Ésto hay que dejarlo muy claro hoy día porque si no vienen los ismos y éstos me provocan seísmos en la quijotera y suficientemente revueltos tengo ya los sesos. Pero, para que quede claro, que no nos conocemos.

Pues eso, que en ese par de críticas resaltaban que en la cinta no se profundizaba en las posibles relaciones erótico-sentimentales que podría haber entre los supervivientes y en la falta de diversidad del elenco y que muy pocas tías, joder, la verdad, como una noche de litronas en la Alameda.

Voy a parar aquí un segundo porque, de cero a cien en décimas de segundo, he pasado del frío glacial al ardor volcánico.

Vaaamoooss a ver criaturas... pufff... de verdad... ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? Voy a respirar profundo: guuusfraaabaaaa, guuuuuuussfraaaabaaaaaaaa

Bien, mejor, mucho mejor. Desde mi puto punto de vista, el Bayona; uno de los mejores directores de cine español y nada sospechoso de ismos de los malos para todos los que somos buenas personas; imagino ha querido resaltar, sobre todo lo demás, supongo que con todo el dolor de su corazón por excluir a unes y otres, la urgencia de la supervivencia y los conflictos morales a los que un ser humano ha de enfrentarse para conseguirla y, así mismo, sobrevivir a esa ruptura con los acuerdos y tabúes sociales para lograrlo y seguir considerándose como tal. Imagino que eso era lo que pretendía, digo yo. Evidentemente al margen de representar un hecho verídico y extraordinario con el fin, supongo, de ejemplarizar la paradoja de la existencia humana. Imagino que el ver a un grupo de personas que durante setenta días han de enfrentarse a unas condiciones imposibles para simplemente inhalar aire una vez más; prueba a respirar a menos veinte grados, ya te digo yo que no; e irse a dormir sin saber si despertarán al día siguiente, pues no es suficiente. Porque en esas condiciones habría que observar que todas las cuotas estuviesen representadas, eso es lo importante, ¿verdad, Irene, Pam, Ione? Entiendo que para esos críticos que esas personas tuviesen que comerse entre sí; sí, spoiler, te jodes por usar spoiler en vez de destripar; siendo amigos y familia no sea relevante, sino que lo importante es que no se resaltara que podría ser que entre ellos podría existir la posibilidad de que algunos fuesen amantes y no se hable en la peli de eso. Personalmente creo que estos críticos de cine han estudiado Bellas Artes en... cualquier sitio, la verdad, ya no importa. Ya lo he dicho, con el culo torcido.

Un inciso, mientras escribo esto estoy escuchando a Volbeat, con lo que igual me vengo arriba pero con un toquecito emocional, sensiblón. Tú sígueme la corriente.

¡Es increíble! ¿A quién?, por el amor de Rock, ¿a quién? ¿Te lo puedes creer?

Hay una parte de la peli en la que un melenista rubio se pega tremenda hostia en la cabeza cuando se estrellan y se le queda la cara que parecen los pies de otro. Y luego, todo jodido, sostiene a su hermana cuando ella la palma, todavía a un palmo de acompañarla, y aún así es el notas que se pega diez días andando por los Andes para buscar ayuda. ¡Eso no, eso no! Lo importante es que no hay representación. Sinceramente, hay cosas que no entiendo y seguramente será mi culpa y mi falta, pero no las entiendo, no estoy deconstruido y no se me espera. Es acojonante. Es acojonante pero lo entiendo, ahora sí, porque todos arrimamos el ascua a la sardina y, normalmente ahí, ahí se nos ven las bragas y el derrapazo.

No se puede hacer nada, es nuestra condición y está bien. Cosa que no quita para que yo me pase un domingo escribiendo tontás sin tener ni puta idea y que luego me vaya a la calle a matarme en el hielo intentando llegar al bar. Si eso es con veinte centímetros de nieve que previamente han sido limpiados por máquinas cada hora y sal y piedricas para que no resbales y te descuernes, de veras, no sé qué sería en los Andes. Diez minutos me separaran del bar y parece que me juego la vida y los dedos por congelación.

Resta decir que para mí, en mi condición de rojo irredimible, toda reivindicación me parece aceptable pero hay que atender al sentido común, coño, que se nos cuelan las gallinas en el dormitorio y nos lo dejan todo cagao.

En fin, yo solo digo una cosa. Hace muchos años, enero, tendríamos como unos diecinueve años o algo así, un domingo después de salir del Cuatro Rosas a las cuatro de la mañana, se nos ocurrió que era una idea cojonuda subir al día siguiente al Jabalcuz para hacer senderismo. Spoiler, llegamos, pero yo estuve apunto de matar a alguno del hambre que me entró. No se puede subir al Jabalcuz con resaca y solo con un bocata de atún. Te puede ir la vida en ello. Y el día anterior no nos comimos ni una rosca y a nadie le importó un mojón y si nos arrimábamos los unos a los otros era de puritito frío, por muy guapetón que estuviese el Lolo con su chándal de material. Hambre es lo que había, hambre, mucha hambre y mucho susto porque nos persiguió un perro enorme durante más de cinco minutos a pique de morderme el culo carpeta que me gastaba. Los de los Andes no tuvieron la suerte de que les persiguiera un perro porque cazuela. Sí que estaba guapo el Lolo con su chándal, el muy ladrón. Igual llevan razón esos críticos y habría que profundizar en el tema. La carencia, la carencia es muy mala e igual en tiempos de guerra todo agujero es trinchera. La madre que los parió. La-ma-dre-que-los-pa-rió.

Bueno, que no os estrelléis en los Andes porque no parece divertido visto desde aquí y parece ser que no es políticamente correcto. Podéis comeos a vuestros amigos siempre y cuando luzcan como un anuncio de Benetton de los noventa, si no, todos machirulos. ¿Qué es eso de comerse unos a otros ahí, a destajo, todos heteronormativos y tan blancos y tan privilegiados? Caca.¡Mal!

La madre que los trajo.

 

P.D.: Hay que centrarse, nenes, hay que centrarse. Mente fría.