Me suda la Polca

Jesús Calamidad

Vacaciones de verano

Creo que tengo estrés post-vacacional, tía. Qué cortas se hacen, ¿eh? ¡Jo, tía!

¡Bueno, tía, pues se acabaron las vacaciones de verano! Qué cortas se hacen, ¿eh? ¡Jo, tía! Creo que tengo estrés post-vacacional, tía. Me flipan los síndromes que se inventan para los que están sanos, me flipan. ¿Habrá que vender terapias y homeopatías, no? Que somos muchos gastando y hace falta ingresar. El capitalismo no se mantiene solo y es necesario subvencionar el patriarcado que tiene muchos gastos, demasiado chiringuito machirulo. Además conservar los privilegios cisheterosexuales sale por un ojo de la cara, pero para eso están los impuestos. ¡Qué cojones! ¡Tía, pídete una baja por estrés o por diarrea, tía, que con el tema del viaje a Marruecos de la asociación intercultural de danzas étnicas y macramé interseccional se lo tragan!

Eso para el que las haya tenido vacaciones, claro, porque yo he olido de lejos un par de días de fiesta y a tomar por el culo. Las únicas vacaciones de las que “he disfrutado” han sido las de escribir mi columna de “opinión” aquí, mira qué bien, las que menos necesitaba. Pero guay, guay; entiendo que el patrón tendrá que relajar el esfinter al menos unas semanas al año, el pobre, es de ley, que lo estáis dejando clareón con tanto disgusto, so jiennenses. Menos mal que es más duro que la rodilla de una cabra y, si me aguanta a mí sin tomar antiácido, ni fumar porros; y al Bizarro, ese tiene tarea; lo váis a tener que aguantar muchísimos años, gracias a Rock.



¿Por dónde iba antes de ponerme a hacerle la pelota a éste para que me siga publicando? Sí, hija, es que no tengo yo al Confidencialmentehablando detrás de mí para que escriba mis mierdas, ¿sabes? El mundo de las letras es cruel y despiadado para los que no tenemos ni puta idea de lo que estamos haciendo, mucho más fuera de la sopa. A ver... ¡ya! Que no he tenido vacaciones estivales. ¿Sabes por qué no? Pues muy fácil, porque los que estamos en “movilidad exterior”, la mayoría, aprovechamos las mismas para ir a casa en otras fechas o en las mismas, pero eso nos quita de viajecitos de su puta madre para colgar la foto en instagram. Mala suerte, mira tú. Me hubiese encantado apuntarme al viaje a Tailandia del grupo de solterones empedernidos de los Alpes, por las frutas más que nada, pero tuve que elegir entre la vitamina C y pasar las navidades con mi familia en casa. Así es la vida. Me he quedado sin desayunar papaya, comer kiwi y cenar fruta de la pasión, lo compensaré con roscos de anís, ochíos, pipas garrapiñadas y hojaldrinas en Jaén, los que me quepan en la boca, bien lubricados con anís y el rollo de ser ya más forastero que local. Si les funciona a los erasmus, a mí me ha de funcionar, salvando las distancias. Siempre se ha disfrutado más y mejor de los manjares locales cuando no eres residente y se presume tu marcha lejos al acabar el banquete, eso está en los anales de la historia endémica. Mi sitio masificado e idiota para hacerme fotos chulas en instagram que luego se perderán en el olvido digital y que no le importan a nadie es Jaén. Supérame eso París, Roma, Berlín, Tombuctú, Río y todos esos sitios por lo que la gente se vuelve loca porque piensan que la localización geográfica los modificará de alguna forma mística o mágica, que les borrará todo lo mal que hay en ellos. Como si sentarte en una góndola o sobre un camello te reorganizara los chacras. Nooooo, querida, tus mierdas te esperan en casa pacientemente y, si tardas demasiado, te encontrarán, irán a por ti. Te lo digo yo, créeme. ¿Por qué querría engañarte? Puedo estar equivocado, seguro, pero, ¿engañarte? Soy de los pocos tíos en el mundo que no quiere llevarte a la cama, ¿por qué te mentiría? No gano nada.

Yo viajo para volver, tú viajas para huir. Punto para mí. ¿Ya estás, ya estás, Calamidad? Pues sí, hija, hay que volver fuerte. Me debo a mi audiencia, a mis lectores... espera... espera... ja, ja, ja, ja... ni yo me lo creo. Vale, vale, ¿ves? No te puedo mentir, es que soy un cabronazo y punto, me come la cabronería. Debe ser algo genético o un golpe en la cabeza o falta de riego, pero llevo razón: yo vuelvo, tú huyes. ¡Feliz vuelta al cole!

P.D.: Siempre que pienso en la vuelta al cole, recuerdo el anuncio del Corte Inglés. Y siempre que pienso en el Corte Inglés, solo se me ocurre Jack the Ripper. La mente es una cosa muy loca.