Desde hace años la asociación de voluntariado GEA propone en sus actividades de sensibilización y educación ambiental un decálogo que ayuda a orientar nuestro modo de vida hacia posiciones de menor impacto ambiental. Son una serie de acciones que si se hacen en conjunto y con la suficiente atención y entusiasmo, suponen un auténtico cambio de rumbo vital, una pequeña revolución personal paso a paso.
Este decálogo contiene acciones más materiales y evidentes, y otras que pueden resultar desenfocadas en relación a la protección del medio ambiente, pero que pretenden llevar a que cada cual aprenda a disfrutar más de su mundo interior (cultura, arte, relaciones sociales, sensibilidad), para no depender tanto del exterior. Todos vamos tras una vida de satisfacciones y nuestro modelo actual nos impulsa a buscarlas en el consumo excesivo, el cual es una de las causas principales del insostenible impacto ambiental de nuestro modo de vida. Por tanto si buscamos otra vía alternativa para nuestra felicidad en nuestra realidad interior, se reduce la presión exterior.
El decálogo es el siguiente:
1. Separa y recicla la basura.
2. Reduce el consumo de energía y el uso de plásticos y envases que no se degradan.
3. Compra sólo lo necesario.
4. Camina siempre que puedas. Y cuando no utiliza el transporte público.
5. Pon plantas en tu vida. Protege la Naturaleza.
6. Comparte todo lo que puedas. El problema ambiental es de todos, y sólo juntos se soluciona.
7. Aprende a disfrutar de los mejores sentimientos y de la imaginación. Recupera tu vida fuera de la Red.
8. Desarrolla la sensibilidad, la capacidad reflexiva, la convivencia, tu mundo interior en definitiva.
9. Comprométete con una causa justa, bella o buena.
10. Desarrolla todo tu potencial: nuestro lugar natural es ser más humanos.
Muchos de estos puntos requieren un esfuerzo paralelo de la Administración a la que debemos exigirle las correspondientes medidas.
Este decálogo está orientado a descubrir al ser humano natural. Cada especie en la biosfera tiene un lugar ecológico en el que su impacto es mínimo, porque se integra en las redes complejas de la vida. En nuestra evolución, el lugar natural del ser humano ha dejado de ser un ecosistema concreto, para convertirse en el conjunto de capacidades psicológicas y mentales que conforman nuestra cultura en un proceso permanente de aprendizaje, y es imprescindible aprender a ser felices sin que sea a costa del resto de la Naturaleza.
Diez propuestas al alcance de todos cuyo beneficio económico, ecológico, individual y social empieza desde el primer momento. Un decálogo por la vida.
Manuel Ruiz
Quien a buen árbol se arrimaDecálogo por la vida
Desde hace años la asociación de voluntariado GEA propone en sus actividades de sensibilización y educación ambiental un decálogo que ayuda a orientar nuestro .