Hace pocos días mi amigo Dimas me enviaba fotos de un taller de macetas organizado por la asociación de vecinos ‘Entre Cantones’ del barrio del Almendral, con la participación de pequeños y mayores, poniendo plantas en recipientes reciclados y decorados. Esta asociación también ha promovido que la artista Mónica Gómez realice un conjunto de formidables murales en sus calles, que pueden admirarse siguiendo un itinerario elaborado por ellos.
‘Entre Cantones’ involucra a los vecinos en la colocación y cuidado de pequeños conjuntos de plantas por todo el barrio, elaborados a partir del reciclado de diferentes materiales; con la asociación de voluntariado GEA plantan y cuidan especies forestales autóctonas en la falda del castillo, pegando a su barrio.
Gracias a sus vecinos, El Almendral luce calles limpias, llenas de plantas y embellecidas con un conjunto de catorce graffitis artísticamente ejecutados, constituyendo un entorno más grato para vivir, con un vecindario unido para cuidar de su barrio, movidos por la lógica razón de ser ellos los primeros beneficiarios de las atenciones que procuran a sus calles.
El caso de la asociación de vecinos ‘Entre Cantones’ es muy llamativo y simpático por el resultado de su trabajo, pero no es la única asociación vecinal que desarrolla una importante labor de defensa y atención de sus vecinos, aunque hay que admitir que muchas del medio centenar de asociaciones de barrio de nuestra ciudad tienen muy poca o nula actividad.
Vivimos tiempos donde se hace muy necesario el protagonismo de las asociaciones vecinales, porque si la capacidad de ayuda mutua es el resorte evolutivo que ha desarrollado el ser humano para salir de los momentos difíciles, la sociedad es el escenario general de la cooperación y la solidaridad y las asociaciones vecinales de barrio de nuestros pueblos y ciudades son idóneas para canalizar esa capacidad de ayuda mutua.
El bienestar de un barrio depende de los servicios que debe garantizar la Administración, pero también del cuidado e implicación de los vecinos en el mantenimiento de ese bienestar. Eso es ayuda mutua, el dominio natural de una asociación vecinal.
Es un error pensar que las asociaciones de vecinos dependen de la tutela y amparo de las Administraciones. Al contrario, la mayor efectividad se produce cuando hay independencia del político de turno. La fortaleza y la eficacia de una asociación vecinal en la defensa de los intereses comunes depende unicamente de la implicación, compromiso y grandeza de corazón de los vecinos. Protagonismo vecinal ya.
Manuel Ruiz
Quien a buen árbol se arrimaProtagonismo vecinal
Hace pocos días mi amigo Dimas me enviaba fotos de un taller de macetas organizado por la asociación de vecinos ‘Entre Cantones’ del barrio del Almendral...