Quien a buen árbol se arrima

Manuel Ruiz

Doñana, naturaleza y símbolo

Cuando tocó hacer el viaje fin de carrera en 1985 a la mayor parte de compañeros de mi promoción de Biología nos pareció una oportunidad formidable poder...

Cuando tocó hacer el viaje fin de carrera en 1985 a la mayor parte de compañeros de mi promoción de Biología nos pareció una oportunidad formidable poder ir a Doñana a pasar varios días inmersos en el Parque Nacional, acampados (en esos años se podía) y recorriendo sus principales ecosistemas. Ese fue mi primer contacto con un símbolo llamado Doñana.
Porque el Parque Nacional de Doñana, además de ser un referente mundial de la naturaleza del sur de Europa, con figuras de protección y acreditaciones al más alto nivel, es además un símbolo de la Andalucía que enamora. Además de albergar cientos de especies arrinconadas en ecosistemas cada vez más frágiles y deteriorados, Doñana contiene las imágenes que identifican a una tierra orgullosa de sus paisajes y su naturaleza.
Por eso cualquier decisión que pone en peligro este paraíso, reconocido como tal por propios y extraños, enciende todas las alertas porque afectan a ecosistemas y especies en situación de por sí precaria por un cambio climático mal reconocido pese a las evidencias y además pone en peligro un símbolo, un bien intangible.
Mi amigo Santi Donaire abrió ayer el tema en este mismo periódico al dirigir sus palabras a esta nueva decisión que vuelve más precaria la situación de Doñana y suscribiendo lo que dijo, quiero seguir con el asunto para pedir, exigir, que en la inminente campaña electoral que se avecina, la protección de la naturaleza en todos sus aspectos, la salud de la naturaleza en todas sus percepciones, tenga un lugar preeminente en el debate de ideas.
Cada vez hay más personas que vuelven a recargar esa posición que ponía a la Naturaleza al servicio de los intereses del ser humano y creo que a estas alturas no podemos dar ninguna lección por sabida. Hay que volver a mostrar que la única oportunidad que tiene la sociedad, el ser humano, de salir adelante es amparado por la Naturaleza, no sometiéndola.
La protección de la Naturaleza, la conservación de los ciclos y recursos naturales, la propagación de los ecosistemas, deben entrar en el debate electoral para que la solidez de los argumentos que pueden esgrimirse en su favor puedan superar con facilidad las miopías de muchos en favor de unos pocos y el marco ético que la respalda opaque la pseudo moral que justifica el predominio de lo mezquino sobre las riquezas naturales.
El futuro económico, cultural, social de nuestra tierra, el alma de Andalucía depende de que todo lo que simboliza Doñana, se preserve y se potencie.