Sobre nuestras piedras lunares

Manuel Montejo

Idos todos a...

"idos todos a..." ante lo que supone una estafa mayúscula, un nuevo "timo de la estampita" a Jaén que nos deja con la cara de tonto y frustrados

Vayan por delante mis disculpas por el exabrupto de un título tan grosero pero me ha resultado imposible encontrar otro más apropiado. Un año más, como cada noviembre, me había prometido no hablar de este asunto. Incluso lo había comentado con algún compañero, que se encontraba en la misma situación: "iba a hablar del tema pero... ¿para qué? ¡Si está todo dicho y ya lo sabemos todos!" Pero, al final, como también me suele pasar cada noviembre, se suceden las noticias y los comentarios sobre la cuestión y uno ya no puede resistirse más. Así que, en una especie de eterno retorno, me encuentro de nuevo escribiendo sobre el particular, analizándolo e intentando desvelar las causas y los responsables, aunque sea plenamente consciente de que no servirá de nada y de que el año que viene volveremos a estar en la misma situación. Por eso, lo que realmente nos invade a todos con este problema, a mí y a cada uno de nosotros, es un sentimiento de furia que me hizo recordar ese título de un disco de Extremoduro: "Iros todos a tomar por culo".

No hay otra forma de concluir un texto dedicado a los Presupuestos de las Administraciones Públicas para Jaén; para la provincia y para nuestra ciudad; para los jienenses, para usted y para mí. Como cada año desde hace décadas, casi todas las que podemos recordar, cuando la Junta de Andalucía y el Gobierno de España hacen públicos sus Presupuestos, la única reacción posible, aunque inconfesable públicamente, es un gran "idos todos a..." ante lo que supone una estafa mayúscula, un nuevo "timo de la estampita" a Jaén que nos deja con la cara de tonto y la sensación de frustración y rabia.



En el tradicional "timo de la estampita" todo empieza cuando un tonto, uno de los cómplices que simula algún problema mental, hace ver que tiene algo de gran valor a lo que no da importancia, tratándolo de simples "estampitas". Y así se lo explica a un primo que pasa por allí y a su cómplice, el listo, que en seguida plantea al primo la gran oportunidad que sería engañar al tonto y cambiarle lo valioso por algo de dinero. Cuando el tonto es convencido, le da al primo su "tesoro" y se larga tan feliz junto al listo, quedándose a solas un primo que pronto va a descubrir que lo han dejado sin dinero y con unas simples "estampitas", siendo él el más tonto de todos.

Pues bien, hace unos días, un año más, hemos asistido a una nueva rueda de prensa en la que una Administración Pública, en esta caso la Junta de Andalucía, nos ha dado una gran noticia, un "tesoro" que va a llegar a nuestra tierra: "una gran inversión de dinero y la realización de decenas de proyectos que van a cambiarle la cara a Jaén, en un esfuerzo sin precedentes." Nosotros, los pobres primos jienenses nos lo creemos, aunque sea parcialmente, ya que estamos tan necesitados de buenas noticias y hacemos gala de una gran dosis de falta de memoria, contando además con la colaboración de esos listos necesarios, que van desde los representantes políticos del partido en el poder en nuestra tierra, hasta otros partidos que son sus socios en cualquier tipo de gobierno autonómico, provincial o local, pasando por el conjunto de medios y opinadores que hacen una valoración acrítica de la noticia. Todos ellos son imprescindibles para que los primos se hagan una mínima ilusión de que van a recibir el "premio" o, al menos, no monten en cólera ante el intento de engaño. Porque aunque siempre está el partido de la oposición para alertar sobre la estafa, el hecho de que sea la única voz discordante ante el conjunto de listos y la obviedad de que la oposición hace lo mismo en la Administración que gobierna, o lo ha hecho en esta misma Administración cuando la ha gobernado, le quita toda la credibilidad. Así que finalmente, los primos pican un año más, aunque cada año menos, siguen con sus vidas, pagando sus impuestos y esperando durante meses la llegada del "tesoro" prometido, para darse cuenta, al final del año siguiente, de que los tontos y los listos siguen en el poder pero a ellos no les ha llegado nada, ya que nuestra estafa radica en la ausencia de ejecución presupuestaria. Casi nada de lo que se presupuesta se ejecuta, volviendo los proyectos a formar parte de la estafa, perdón, de los presupuestos del año siguiente y quedando la inversión económica en palabrería, en meras "estampitas".

El timo se ha ido perfeccionado y aumentando su efectividad porque, como decíamos, los distintos actores van cambiando de papel con el paso de los años. Bueno, todos no, porque los primos siempre somos los mismos. Así, si ahora es el PP quien nos muestra las "estampitas" que trae la Junta, antes nos enseñaba las que nos iba a traer el Estado. De la misma forma, si le corresponde ahora al PSOE convencernos de las bondades de la inversión que hará el Gobierno de España, hace unos años hacia lo mismo con la que durante décadas nos engañó la Junta de Andalucía. Van intercambiándose de rol, según estén en el gobierno y la oposición, y reciben la ayuda del resto de listos, porque a lo largo de los años, en una u otra Administración, han estado de socios o contado con el apoyo, uno y otro, del resto de partidos que han participado del paripé que mantiene la estafa: IU, Ciudadanos, VOX, Podemos y JM+. Todos estos cómplices necesarios han prometido que, gracias a su participación, ese año no habría engaño y se ejecutaría lo prometido, pero terminaron cumpliendo con su papel de listo que, al final, mira para otro lado y participa de la siguiente estafa como si aquí no pasara nada. Da igual que celebren reuniones, que presenten enmiendas o que fijan una negociación dura con el gobierno de turno para anteponer los intereses de Jaén; todo forma parte del timo.

Este año nos hemos librado de que nos intente engañar el Gobierno de España, que en minoría y con su política de equilibrismo parlamentario, no va a presentar presupuestos, pero ya hemos visto como el PP andaluz nos ha traído "320 millones de inversión en la provincia de Jaén y una inversión por habitante de 513 euros, por encima de la media regional". ¡Toma ya! Eso si es un sobre lleno de billetes, es decir, de estampitas. Además, esa lluvia de millones va a ir destinada a proyectos "demandados y necesarios", apareciendo en el papel, agárrense, la Ciudad Sanitaria (aunque sólo la lavandería), otro tramo de la Autovía del Olivar (pero nada dice de la autovía a Córdoba porque esa ya se ha parcheado), el Tranvía de Jaén (para seguir un año más preparando la puesta a punto), un ramal ferroviario de la línea Vadollano-Linares (pero ningún tren más), el Bachiller del IES Santa Teresa o la reforma del IES Santa Catalina (pero nada del APA III), el Plan Museográfico del Museo Íbero, etc. En resumen, los mismos proyectos de todos los años, con algunas migajas más y algunas ausencias, que ya aparecerán otro año (como la Ciudad de la Justicia). Lo que viene a confirmar la estafa: si los presupuestos son casi los mismos es porque no se han ejecutado y de ahí el valor real que tienen. Nada de nada porque son meras estampitas y cuantas más son, cuanto mayor es la inversión prometida, mayor será el engaño.

Si aún no se sienten un primo jaenero más, presten atención a los datos de 2024, del año que aún no hemos terminado. Del presupuesto de inversión de la Junta de este año para la provincia, de unos 325 millones de euros que iban a llegar para aliviar nuestros males gracias a Moreno Bonilla, se ha ejecutado, es decir, se ha realizado un 29%, ni siquiera 95 millones, resultando por tanto una estafa de 230 millones, sólo en 2024. Y les prometo que no es un mal año de ejecución presupuestaria para Jaén. Los hemos tenido mucho peores, tanto por el PP como por el PSOE, y sin olvidar que los del Estado suelen estar por cifras similares.

Para completar la estafa, ahora estamos en el momento en que actúan los listos. Representantes provinciales y locales del PP, que antes reclamaban atención de la Junta para Jaén, justifican ahora que su administración mire hacia otro lado y no ejecute, haciendo falsas promesas para el próximo año. Al revés, los del PSOE, que nos ignoraban cuando la Junta esquivó la inversión en Jaén durante años, aunque lo negaban, ponen ahora el grito en el cielo. Y sus socios, ahora JM+ y antes otros con otros nombres pero con el mismo papel (y puede que con idéntico futuro), se afanan en prometer nuevas enmiendas, intentando realzar su protagonismo pero sin advertir que no actúan más que de cómplices cuando olvidan, y nos quieren hacer olvidar, que nada cambia, que si no se han ejecutado las del año anterior, ni las del anterior del anterior, y así hasta que recordamos, es porque son todas las mismas y forman parte del engaño. Los medios y opinadores pasarán de refilón por el tema, la mayoría dando por buenas las mismas promesas de siempre, y esperando que pase otro año para volver a poner "negro sobre blanco" que se va a empezar a construir la Ciudad Sanitaria o que va a echar a andar el Tranvía. Si no hay una crítica seria y contundente y una denuncia del engaño que acompañe a la noticia de turno, se puede hacer pasar por primos para acompañarnos, pero forman parte del elenco de listos que, por acción u omisión, participan del timo.

No debemos olvidar que la estafa de las estampitas con Jaén no es sólo una cuestión de falta de ejecución de inversiones e infraestructuras, de la deuda histórica de compromisos con Jaén (patrimoniales, educativos, sanitarios, deportivos, culturales, etc.), que siendo necesarias tampoco permitirían nuestro pleno desarrollo, sino también la del gasto corriente, la financiación constante que el Gobierno y la Junta nos hurtan año a año y que forman parte de decisiones políticas meditadas y consolidadas que perpetúan un modelo de desarrollo concreto. No es fruto del azar o de la maldad de algunos personajes y va mucho más allá de que las inversiones e infraestructuras programadas en los Presupuestos del Estado o de la Junta sean mínimas o supongan un agravio comparativo con otros lugares. No importa que se construya un tranvía, una autovía o una ciudad sanitaria, que se hagan inversiones e infraestructuras, si no existen las condiciones para generar una economía autónoma, que no esté subordinada a los intereses particulares de otros lugares que reciben más financiación de las Administraciones.

Al final, cuando se asiste a la misma estafa año tras año, cuando los listos y los tontos se intercambian de papel pero siguen estando ahí, viviendo a nuestra costa, y los primos tenemos que seguir con nuestras vidas, resignados a lo que nos ha tocado en suerte porque parece que de nada sirve denunciar el timo, sólo queda el recurso estéril y el consuelo momentáneo de "mandarlos a paseo a todos" o, como haría Fernando Fernán Gómez, soltar un alto y claro "¡A la mierda!" Sin embargo, siendo sinceros, la indignación, la rabia y la vergüenza repetidas año tras año, la que sentimos todos en un momento dado, no son más que la expresión que nos invade al vernos como unos auténticos  primos, incapaces de sacar de nuestras vidas a los estafadores y resignados a volver a mirar el sobre para comprobar cómo, una vez más, nos han vuelto a dar "estampitas".