Un "vendehúmos" es alguien que realiza propuestas sin fundamento, utópicas o ilusorias. Dicho de otro modo, alguien que se dedica a "vender humo", es decir, a "tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido", según lo define la RAE. Su origen se remonta al Derecho Romano, en el que existía una figura legal (Venditio Fumi o "venta de humo”) que penaba a aquel estafador que actuara de falso intermediario, cobrando dinero a cambio de conseguir los favores de un funcionario público inconcreto.
Aquí, en nuestra pequeña ciudad al sur del Sur, conocemos bien esta figura, ya que hemos sufrido, por desgracia, varios ejemplos. Por eso, no es de extrañar que cuando nuestro Alcalde ha presentado en sociedad un nuevo proyecto-promesa, la oposición, concretamente el anterior Alcalde, salga a acusarlo de ser un "vendehúmos", por poner encima de la mesa una idea sin mucho fundamento. Pues sí, que se trata de un "vendehúmos", es lo mismo que podría pensar cualquiera de nosotros al conocer el contenido de la nota de prensa lanzada por el Ayuntamiento la semana pasada: un proyecto de centro de ocio, hotel y otros servicios en la actual Estación de Autobuses, al que, entre otras cuestiones, le falta el "pequeño" detalle de concretar cuál será la futura ubicación de la propia Estación. La lástima del asunto es que ya no nos sorprende: más humo en un Jaén chamuscado.
¿Quién responde a las dudas, a las preguntas del nuevo centro de ocio? ¿Dónde irá la Estación de Autobuses?; esa nueva ubicación, su proyecto y su dotación, ¿ha sido aprobada por las Administraciones responsables, las que tienen que dar el visto bueno y financiarla?; ¿Está contemplado este cambio en la redacción del nuevo PGOM? Si el proyecto está promovido por el grupo Alvores (¿Otra vez? ¡Qué casualidad!), ¿por qué no está presente aquí?; ¿Ya han empezado los procedimientos para la adquisición de los terrenos?; ¿Cuál es el precio?; ¿Cuál es la contribución municipal?; ¿Y el comercio de Jaén? ¿Lo damos por muerto y enterrado? Etc. Demasiadas cuestiones en el aire para considerar esto algo más que un deseo. Incluso, yendo a lo más mundano: ¿esta idea ha sido, no ya consensuada, sino siquiera comentada con su socio de Gobierno? Porque Jaén Merece Más se sumó a la propuesta de una Estación Intermodal en Renfe, tan denostada por el PP de Jaén, y hasta ahora no ha dicho mucho al respecto, aunque podrían estar confundidos porque no siempre parece entenderse bien la diferencia entre ser gobierno y ser oposición. En definitiva, no creo que Millán, a quien podría acusársele de lo mismo, haya sido el único en pensar que se trataba nada más que de humo, para esconder la falta de proyecto o de Gobierno o distraer la atención sobre otras medidas más reales y menos "populares", como las subidas de impuestos.
Y es una auténtica pena que sea así porque lo único que se consigue es reforzar una figura que en Jaén se ha convertido casi en una institución: más que alcaldes hemos tenido "vendehúmos". De todos nuestros Alcaldes, especialmente los de las últimas dos décadas, podrán recordar ustedes sus proyectos e ideas sin fundamento: desde los tranvías y parques acuáticos a las Ciudades (sanitaria y de la justicia); de la Intermodal en Renfe a la de Vaciacostales, para volver otra vez a Renfe (o a quien sabe dónde); del Instituto del Bulevar al del APA III, de un Museo Íbero sin Íberos a un aeropuerto a 100 kilómetros, etc.
Cada "vendehúmos" nos ha ido convirtiendo un poco más en la ciudad de los "sueños rotos", o vacíos, siempre en manos de las ilusiones de los que gobiernan, sus socios de gobierno y sus acólitos. Sueños que podemos seguir esperando o enterrar ya, cansados de escuchar "cerroalmagros" y "plazas de santiagos", "sanmigueles o santodomingos", "AVEs", cercanías o algún mísero tren, al menos uno en condiciones, autovías a Córdoba o termas de Jabalcuz, ...
Y la mejor muestra de todo esta forma de gobernar sin gobierno, sólo para las fotos y los anuncios, pero sin desarrollar las actuaciones que necesita la ciudad, es que si lo piensan bien nuestros últimos alcaldes se han limitado a inaugurar actos privados, en los que cortaban cintas casi por compasión, en lugar de presentar los resultados de su propia acción de gobierno o de la inversión pendiente, y exigible, de otras administraciones públicas en Jaén, ya que ni una ni otra han existido. Así, los pueden recordar en las aperturas de centros comerciales y locales de comida rápida. Incluso el partido-plataforma-movimiento que se sumó a la política local para cambiarlo todo ha quedado reducido a un anuncio, como el que se puede ver estos días por Jaén a cargo de una conocida marca jiennense de "smash burguer", como no. Poco a poco, más "vendehúmos".
Jaén, sus ciudadanos, sus medios, su sociedad al conjunto, tienen una obligación consigo misma. No basta con estar harta sino que no puede permitirse más promesas falsas, más propuestas y sueños que no se van a cumplir. Reconstruir nuestra ciudad, cubrir sus necesidades y ofrecer oportunidades a los jiennenses, debe empezar a partir de verdades, cuestiones tangibles y posibles. La verdadera eficacia es trabajar y solventar problemas, presentando resultados fiables y cuantificables, siendo conscientes de la realidad que nos rodea, de nuestras necesidades y nuestras posibilidades. A lo mejor hasta ahora nos ha podio ser de utilidad un vendedor que con su humo no nos obligara a salir de nuestra zona de confort pero estamos llegando a un punto de no retorno en el que todos debemos dar un paso al frente.
Cuando el poder público se ha mostrado incapaz de gobernarnos, en toda la expresión de la palabra, esto es, hacer del Ayuntamiento una herramienta para mejorar nuestras vidas, es necesario que el resto, los ciudadanos tomemos cartas en el asunto y dejemos de ser meros observadores que plantan su voto cada cuatro años. Se debe participar plenamente en lo público, siendo lo público un espacio que ya no debe ser controlado en exclusiva ni por un poder político, económico, social o cultural. Participar en la toma de decisiones, expresando claramente lo más conveniente para Jaén, no para nuestros representantes o sus partidos. Exigir, en el espacio público, una auténtica rendición de cuentas. Identificar claramente a los "vendehúmos", analizando su historial y sus referencias, y desecharlos de nuestro futuro. Si no empezamos por aquí, con todo lo que hemos visto ya, a nadie más podremos culpar a partir de ahora.