Que, con la que nos está cayendo, el presidente de la Junta de Andalucía prefiera irse de mitin a Salamanca, antes que asistir al Debate extraordinario que, sobre la situación de la Sanidad Pública, tuvo lugar el viernes en el Parlamento, es un gesto que ha de hacernos reflexionar.
La deriva de nuestra Sanidad en Andalucía es una realidad incontestable que todos y todas estamos sufriendo: ciudadanía y profesionales. Habíamos escuchado mil veces que, precisamente, la pandemia había servido para ser conscientes de la necesidad de reforzar y consolidar el sistema; y el gobierno de España había cumplido liberando más fondos que nunca a las Comunidades Autónomas. Y es verdad que en Andalucía se ha gastado, pero no en aumentar prestaciones, ni en reforzar plantillas estructurales, ni en proteger la Atención Primaria, ni en hacer, en suma; una apuesta por nuestra Sanidad Pública. Ese gasto se explica con el enorme crecimiento de las derivaciones a la privada, a precios de privada, claro; y ese boicot oficial a la Pública ha acabado por hacer temblar los cimientos de un sistema fundamental mientras florece el negocio de las Clínicas privadas y de los seguros de salud.
Y no podemos decir que nos hayan engañado, aunque el discurso oficial de la Junta de las derechas fuese otro. Simplemente, es el catecismo del neoliberalismo tramposo. Es el negocio de la Sanidad, que crece exponencialmente en momentos de dificultad y con gobiernos de derechas. Las mismas derechas que no se esconden en repudiar la mejora de las pensiones, el avance de los derechos laborales o el reforzamiento de la educación pública.
Y cómo estará la cosa, para que el presidente de la Junta entienda que pierde menos dejando su escaño vacío en un pleno fundamental, y marchando a la campaña de Castilla-León, antes que aguantar en el Parlamento las lógicas embestidas de una oposición que está decidida a ser el altavoz de millones de andaluces muy dolidos y muy preocupados, y que empiezan a tener claro que no hay que dudar en salir a la calle para defender nuestros avances más preciados.
Una decisiva defensa de lo que nos importa en la que, por cierto, están tardando demasiado en mojarse quienes prefieren alimentar de la frustración sus expectativas electorales. Tal vez para ellos la Sanidad Pública no sea una prioridad, o un problema; o tal vez piensen como la Junta. Sintomático.
Ana Tudela
Con el alma en pieLa sanidad pública, en juego
Que, con la que nos está cayendo, el presidente de la Junta de Andalucía prefiera irse de mitin a Salamanca, antes que asistir al Debate extraordinario que...