Con el alma en pie

Ana Tudela

Preferir que nos sangren

El sábado nos trajo un nuevo plan de 9.000 M€ del Gobierno de Pedro Sánchez para frenar la inflación, con medidas como una mayor bajada del IVA de la luz...

El sábado nos trajo un nuevo plan de 9.000 M€ del Gobierno de Pedro Sánchez para frenar la inflación, con medidas como una mayor bajada del IVA de la luz, la rebaja del transporte público, ayudas para familias con bajos ingresos, el aumento del 15% de las pensiones más bajas, o el anticipo de un nuevo impuesto a los extraordinarios e inmorales beneficios de la industria eléctrica. Con este paquete de medidas, y la prórroga de las anteriores, entre ellas la subvención al combustible, el gobierno habrá invertido un total de 15.000M € para mitigar la inflación en nuestro país, en decisiones dirigidas directamente a ayudar a familias y empresas. Un esfuerzo colosal.

Durante la anterior crisis, el entonces gobierno del PP prefirió el camino del apoyo a los bancos y a los más poderosos, y el de lastrar las vidas de millones de familias medias o desfavorecidas; los impuestos no pararon de subir y los salarios de bajar. Gobernaban los que ahora piden y prometen bajadas masivas de impuestos, que, oh casualidad, después hinchan a los que más tienen, para apenas afectar a los más débiles, salvo a la hora de reducirles servicios públicos.

Los años iniciales de la anterior legislatura andaluza en que la oposición no hizo oposición; el empeño de muchos medios, bien retribuidos desde la Junta; un mensaje contra el gobierno de coalición que paradójicamente benefició a quien gobernaba; problemas de comunicación de lo bien hecho; el eco de unos socios poco sólidos, o la huella de la crisis y la guerra, condenaban a la izquierda andaluza y daban a Moreno Bonilla una mayoría absoluta que sus jefes tienen prisa en reeditar en el conjunto de España.

La presión de la fuerte derecha mediática y de la muy potente derecha económica intentan día a día empujar al PP, la voz de los intereses de los ricos que pretenden ser aún más ricos, la de aquellos a quienes repele la subida del salario mínimo, la reforma laboral, o la fiscalidad progresiva.

¿Prefiere la mayoría social y ciudadana de este país un gobierno de derechas que les sangre?; ¿Estamos pidiendo que las medidas para acabar con la crisis actual sean las que nos machacaron desde los gobiernos de Rajoy? ¿Nos da igual? ¿Es que ya solo vale el poder de la prensa -de mucha prensa- para ser la voz y el impulso de quien le paga o de quien le manda? Casi tres años de dura legislatura así. Preferible pelear a llorar.